--¿Por qué dio el paso de entrar en la política activa como concejal cacereño?

--Estaba afiliado al PSOE desde hacía tiempo y nunca pensé en ser concejal, pero un día me llamó Carlos Sánchez Polo, con quien tengo amistad, y me decidí a entrar en la lista.

--¿Qué experiencia le aportó su paso por el ayuntamiento?, ¿qué recuerdos se llevó?

--Esos cuatro años no me pesan. Fue una gran experiencia que me hizo ver que cuando uno está dentro no es tan fácil criticar. Los problemas se ven de otra manera cuando uno está en la corporación porque hacer política en los ayuntamientos es difícil, sobre todo por las dificultades económicas a las que hay que hacer frente. Nosotros tuvimos la suerte de tener de interventor en nuestra corporación a Fernando Aguilar, quien, además de una gran persona y un gran funcionario público, miraba mucho la peseta.

--¿Por qué decidió no seguir y se limitó a cuatro años?

--Cuatro años fueron suficientes. Era miembro de la junta de gobierno y eso me permitió tener una idea más exacta de lo que pasaba en el ayuntamiento. Estaba al día y eso me gustaba. Pero es que luego se veían cosas raras, no de nosotros ni de mis compañeros, sino de la administración en sí. Había cosas que no me gustaban, que ahora no viene a cuento contarlas ni las voy a detallar. Además tuve algún roce porque yo no cobre ni dietas ni nada y eso no sentó bien a algunos. Con el secretario general de la corporación, quien no era santo de mi devoción, también tuve mis roces.

--¿Por qué decidió no cobrar por asistencia a plenos, comisiones y a otros órganos municipales ni tampoco dietas?

--Mi empresa me permitió dedicarme a la política activa sin ponerme ninguna pega y sin descontarme nada del sueldo. Por eso yo le dije a Carlos --Sánchez Polo-- que no quería nada. Nunca he sido ambicioso, además tenía mi situación personal resuelta con mi trabajo.

--¿Se puede compaginar bien la vida política y la profesional?

--Yo era el director gerente de la cooperativa de Udaco y tenía mucho trabajo. A las siete y media ya estaba en mi puesto e iba a mis reuniones a Madrid, pero teniendo buenos funcionarios, y en mi corporación los había muy buenos, te ayudan mucho.

--¿Cuál fue la decisión o momento más difícil que le tocó?

--A mí, como concejal de Contratación, me tocó la primera adjudicación de la gestión del agua a una empresa y no tenía ni idea. Contaba con los informes de los técnicos y de Intervención, pero la oposición no estaba de acuerdo y me preocupaba, dudaba de si se estaba haciendo lo correcto. Entonces le pedí al alcalde buscar asesoramiento externo, que coincidió exactamente con el informe de los técnicos y de la Intervención. Al final toda la corporación votó a favor de la empresa --Canal de Isabel II-- propuesta en los informes.

--¿Tuvo algún otro momento o decisión que fuese complicado?

--Hubo un asunto que pasó por la junta de gobierno. Ha pasado tanto tiempo que no creo que ya deba dar nombres. El hecho en sí fue que hubo un señor que compró un terreno y no se le autorizó edificar un número determinado de alturas. Ese señor acabó vendiendo ese terreno. Al poco tiempo de haberlos vendido llegó el nuevo propietario y pidió una autorización para incluso más alturas. Al anterior se le había dicho que no, pero al nuevo propietario se le concedió la licencia. Pedí una explicación y el alcalde le dijo al secretario que en la siguiente junta me explicasen los motivos. No se me contestó. Yo me salí cuando este asunto pasó por el pleno. Creo recordar que el colegio de Arquitectos llevó esa autorización a los tribunales. Todo aquello me dolió porque se dijo amén a ese asunto y nunca se me llegó a explicar por qué a uno sí y a otro no. Cosas de esas me minaban, me quitaban las ganas de seguir, pero en términos generales la experiencia en el ayuntamiento fue buena.

--¿Qué experiencia o anécdota de aquella etapa de concejal recuerda con más cariño?

--Cuando fui rey mago en la cabalgata. Iba montado en un camello, que no lo había hecho en mi vida. Fue una experiencia que no olvidaré nunca.

--¿Qué diferencia ve entre la política local que le tocó vivir hace veinte años en el ayuntamiento y la actual?

--Creo que en aquella corporación, pese a que no teníamos mayoría, nosotros --el PSOE-- teníamos doce concejales, el PP otros doce y decidía el concejal de Extremadura Unida, hubo mucho diálogo. Había sus roces y diferencias, pero nos llevábamos bien. Ahora hay otro estilo, no me gusta como se hace política, ni de los míos, ni de los otros, enseguida se echan las cosas a la cara. En líneas generales, la política se ha profesionalizado tanto que hay algunos que se agarran al sillón como sea cuando de lo que se trata es de servir a los demás en vez de intentar subirse al carro.