A José Palma Román todos lo conocen en Cáceres por Pepillo Palma, el hijo del ferroviario. Pepillo nació el 17 de abril de 1931 en la estación de Arroyo-Malpartida. Su madre se llamaba Dionisia, su padre, José, y era, efectivamente, ferroviario, vamos, conductor de la Renfe para ser más exactos. Pepillo fue a la escuela que había en la Estación y que servía a la vez de iglesia de la pedanía. Allí le dio clase don Julián, que era un maestro sacerdote muy bueno que murió en las Hermanitas de los Pobres.

Cuando Pepillo tenía 14 años su padre pidió el traslado a Cáceres y empezó a trabajar en la estación, que entonces estaba en la avenida de Portugal. Allí había otros maquinistas como Pepe Román, Juan Román... Entonces estaba en la calle San Pedro, junto al Banco de España, una relojería que se llamaba El Cronómetro, que vendía gramolas y gramófonos de todas las marcas y también se cambiaban discos.

Pepillo fue al Paideuterion, que en aquel tiempo se conocía como el colegio de los curas, hasta que sus padres le consiguieron un empleo en la Imprenta Moderna, situada en Donoso Cortés, donde ahora está Calzados Zambrano. El jefe de la imprenta era don Pablo Valiente Brías y Paco y Andrés eran sus hijos. Pepillo trabajaba allí junto a Eugenio, Felipe... El era encuadernador tipógrafo.

La Moderna fue una de las imprentas más antiguas de Cáceres, junto al Noticiero, que estaba en la calle Parras. Luego abrieron la Imprenta Sanguino, que regentaba don Antonio Sanguino, que era policía (su familia lleva ahora el despacho de quinielas de Antonio Silva). Sanguino estuvo primero en Ezponda, 2, y allí llegó un día a trabajar don Manuel Sergio Dorado, un magnífico linotipista venido de Plasencia que años más tarde se quedaría con la propiedad del negocio, que trasladó después a Concepción y luego a la calle Zurbarán. Dorado era padre de Julia, esposa del exalcalde José María Saponi.

Otras imprentas famosas eran La Minerva, que estaba en la plaza Mayor, y la de Tomás Rodríguez, en la calle Ríos Verdes, a los pies del convento de Santo Domingo. Las imprentas imprimían facturas, confeccionaban impresos para la administración y se encuadernaba en piel y en plásticos. Tenían librería y vendían libros de texto, lápices y plumieres.

Pipas y palomitas

Pepillo conoció a Rafaela Esperanza Carrero Casares en la calle Pintores, a las puertas del Autoservicio Jabato. Iban a la carretera de Salamanca a comer pipas y palomitas y paseaban por Cánovas. Entonces solo había carrillos y ambulantes con piporros. Estaban la señora Pipagüí y Eli Cacagüé. La señora Pipagüí cobraba una perra gorda y si no tenías nada te decía: ¡Anda hijo, bebe, bebe! .

Otros carrillos famosos eran el de Juan Escribano, más conocido como Juanito El Chochero, que siempre se ponía frente al Bar Aviación, en la Cruz. Allí podías servirte tú mismo y guardarle luego las perras en el cajón, porque Juanito siempre lo tenía abierto mientras se tomaba sus vinitos de rigor. Al lado estaba el carrillo de La Castañera, que se ponía justo a la entrada del Parador del Carmen.

Era igualmente famoso el quiosco del señor Cordero, que estaba junto a los antiguos talleres municipales y que cuando empezaron a construir el Múltiples tuvo que trasladarse frente al Norba.

Pepillo y Rafaela, que es del Casar, se casaron en 1959 en la iglesia de Santiago y lo celebraron en la Ciudad Deportiva. Justo un año antes Manolo Lozano, que era hijo del conocido abastecedor del Artesanos, José Lozano, ganó 19.000 pesetas en las quinielas con un boleto de 14. Aquello, claro, fue todo un acontecimiento en Cáceres.

Pepillo y Rafaela tienen cuatro hijos: José Angel, Rafael, Luz de los Angeles y Luis Alberto, además de cinco nietas y un nieto. Pepillo fue celador en el ambulatorio y el hospital. Estuvo con Valverde, el médico, que también tenía consulta en la avenida de España, y con don Tomás González, el oftalmólogo, ambos recientemente fallecidos.

Pero lo que dio fama a Pepillo fue el fútbol, afición que despegó con la llegada a la Estación de Cuéllar, que además de ser factor de Renfe (el que daba la salida a los trenes) fue jugador de la Unión Deportiva Ferroviaria. Cuéllar fue quien enseñó a Pepillo a tocar, pasar y tirar.

A partir de ahí, Pepillo ficharía por el Guadalupe del Frente de Juventudes, cuya sede estaba en la avenida de la Montaña, el San Jorge, el Hércules, el San Fernando, el Cacereño B, el Atlético de Tetuán, el Calahorra, el Don Benito o el Linares. Regodón, Ladis, Tate, Camacho o Marcos Martín fueron algunos de sus compañeros.

Cáceres abre los ojos

Cáceres abrió el viernes la nueva temporada del Sarao´s week , que es la fiesta de la semana a la que acuden quienes quieren dejarse ver. El Sarao´s week se estrenó en Habana, la casa de la calle Pizarro. Había mucha expectación por ver la reaparición de la Reina del Herismo , que ejerció de perfecta anfitriona. Carmen Heras llegó a Habana puntual para ver Proyectando Europa , exposición de 20 artistas que resultó perfecta para la rentrée.

A la alcaldesa se sumaron las concejalas Casado, Elviro y Carmina Santos, muy ibicenca con un vestido que compró en Ayamonte. Estaban Jesús Custodio, que prepara su espectáculo Tiempo junto al Ballet Flamenco, el director de cine Rubén García, Alfonso Búrdalo, enfrascado en la Aldea la Amex, la diseñadora Marichy Trancón, la cantante Estela, David Santos y el artista Angel Sotomayor, todo un cicerone.

Pero el Sarao´s week no quedó ahí. En El Corral, El Bola, de la mano de LaBotika, presentó su video de campaña a la alcaldía y todas las miradas se centraron en el Peperío más de moda , que acudió en masa a ver a su rival. Elena Nevado, la musa, lució glam con su coleta, Moncho Notario, su marido, cumplía años. Se unieron Jorge Suárez, Jorge Carrasco, José Angel Sánchez Juliá, Antonio Pérez Toril y Candi Bello.

¿Y qué pasó con el rojerío ? Pues que ¡¡llegó tarde!!, pese a los intentos de JavierSevillaqueesunamaravilla y que resultaron infructuosos para evitar la impuntualidad. Marcelina le propuso entonces a El Bola que volviera a poner el video, pero éste contestó que solo había un pase y Marcelina se quedó con las ganas.

Al sarao no faltaron Jordi Machacona, que va a ser padre, María José Muriel, del 2016, la periodista Laura Alcázar, Francis Acedo, casi instalado en Portugal. Vamos, que aquello se petó.

La periodista Angeles Luaces es Medalla de Extremadura, Felipe Vela ya es abuelo (su hija Sofia e Ignacio han sido padres de un niño) y Leonor Flores va a ser abuela. El milagro de la vida fluye. Mañana se vuelve al cole y el Play prepara sus 45 conciertos para llenar de música 9 salas a partir de octubre. Cáceres, de nuevo, ha abierto los ojos, igual que los abrió Pepillo Palma, el hijo del ferroviario, cuando Cuéllar lo enseñó a correr detrás de un balón.