Los perros acogidos por la Asociación Cacereña para la Defensa de los Animales vivieron ayer una jornada muy peculiar y bastante distinta a su rutina en la perrera. Miembros de este colectivo y personas voluntarias les acompañaron en un largo paseo desde sus instalaciones en el campus hasta el paseo de Cánovas, donde los animales permanecieron varias horas para que los ciudadanos pudieran conocerles y encontrar un nuevo hogar de acogida. A media tarde emprendieron el regreso tras un intenso día en el que se multiplicaron las caricias y palmadas.

La III Marcha Canina y el I Día de la Adopción han sido organizados por la protectora cacereña en colaboración con el Centro Comercial Abierto y el respaldo de diversos establecimientos solidarizados con la situación de estos animales, dejados a su suerte en calles, carreteras y campos.

De hecho, la obligación de que todos los perros lleven microchip a partir de diciembre (cuesta unos 36 euros) está disparando los abandonos y colapsando la perrera, que últimamente alcanza los 90 animales pese a disponer de 23 cheniles. Además, la subvención municipal del 2010 se ha retrasado once meses.