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Al aire libre, en directo y contrarreloj. Son las características principales del certamen pictórico en el que ha triunfado el cacereño Federico Plasencia, un arquitecto técnico que tiene en la pintura no ya solo una gran afición, sino "incluso una segunda profesión".

Era la tercera vez que participaba en el Certamen Nacional de Pintura Rápida Ciudad de Avila, que este año ha llegado a su décimo novena edición con la participación de cerca de 300 artistas de toda España, y el premio obtenido, reconoció a este diario, "es muy importante, tanto por lo que significa de reconocimiento a la valía artística de uno, como también por el apoyo económico que supone para poder seguir pintando".

Poco más de seis horas. Este es el tiempo que Plasencia dedicó a plasmar en el lienzo su obra, la que le hizo merecedor de uno de los dos principales premios de este certamen, el concedido por la Caja de Avila y dotado con 3.000 euros. El otro primer premio, de la misma cuantía y del ayuntamiento abulense, fue para el madrileño Miguel Torrús.

Todos los participantes debían elegir un rincón, calle, plaza o monumento de Avila para pintar --este año, por primera vez, también se permitía salir del casco urbano y hacer una panorámica de la ciudad--. Plasencia eligió una calle pintoresca en la que podía verse al fondo una pequeña parte de la muralla, elemento abulense muy reproducido en este certamen.

Pero no fue la calle en sí lo que plasmó en su obra, sino un reflejo. "La calle se reflejaba en la gran luna de la fachada de un museo que había en ella y fue el reflejo de la calle en la luna lo que pinté". Utilizó para ello el acrílico, técnica, junto con el óleo, en cuyo desarrollo está ahora inmerso tras haberse dedicado hasta ahora, de forma casi exclusiva, a la acuarela.

El artista madrileño que con él se proclamó ganador optó por una panorámica de la ciudad, que realizó en tonos grises.

Seguir pintando

Arquitecto técnico de profesión, con la que compagina la de artista, Federico Plasencia comenzó a pintar siendo aún un niño, "aunque dedicándome a ello más en serio llevo unos doce años". Hizo algunos cursos en la Escuela de Bellas Artes de la ciudad, pero pese a ello él se proclama autodidacta; y aunque muy centrado hasta ahora en la acuarela, se adentra con su arte en todas las técnicas. No se define en ningún estilo, ni afín a ninguna tendencia concreta, pero sí reconoce que se considera más que nada realista y que el tema que más le gusta es el paisaje, tanto urbano como rural.

Ha realizado ya una exposición individual y participado en varias colectivas, todas en la región; y entre sus proyectos más inmediatos está la realización de una segunda exposición individual "que ya estoy preparando", seguir participando en concursos "y ampliar mi estudio".