El grupo ciudadano que surgió hace seis años para defender la continuidad de la base militar de Cáceres reabrirá su lucha si finalmente el Ministerio de Defensa decide suspender la unidad de instrucción a partir del 2008, que es una de las opciones que están ahora encima de la mesa del Gobierno dentro de la nueva planificación del Ejército.

El presidente de esta plataforma, Raimundo Medina, recordó ayer en declaraciones a este diario que el colectivo no tiene actualmente actividad pero que nunca llegó a disolverse, por lo que se convocará una reunión en los próximos días para abordar y valorar esta nueva "inquietud" y que se tratará de recabar información para aclarar las "dudas" sobre el futuro real del centro. "Ni los políticos tienen claro qué va a pasar", apuntó.

En cualquier caso, Medina calificó más de "especulaciones" la posibilidad de que se elimine la enseñanza del Cimov que de "verdades" porque "sé que no hay nada concreto". "Creo que finalmente, por informaciones que me han llegado, no va a pasar nada, la unidad no se cerrará o se pondrá otra", manifestó.

Repercusiones Medina, miembro también de la federación vecinal, reconoció que la eliminación "de un plumazo" de la enseñanza y la consecuente reducción del número de efectivos militares en la base "repercute de una manera importante en la ciudad".

Por ello, de hacerse efectivo ese supuesto cierre del centro formativo y aunque viniese el regimiento de ingenieros, "la plataforma tendría que resurgir", anunció. Recordó que el colectivo luchó porque la base mantuviera el número de militares sin que menguara su presencia en la ciudad.

Actualmente, el centro forma a unos 3.500 soldados para la tropa profesional a lo largo del año y en varios ciclos, además de impartir los cursos específicos para cabo y cabo primero y para las fuerzas de seguridad en defensa. "Si en verdad se decidiera suprimir, la plataforma tendría que resucitar y tomar medidas para intentar impedirlo", concluyó Medina.

La plataforma ciudadana pro-Cimov auspició desde el 2001 varias consultas e iniciativas en el Parlamento para dar alternativas de uso a las instalaciones militares de la ciudad e impedir su cierre. Incluso, realizaron diversas campañas de recogidas de firmas en contra del desmantelamiento de la base.

Finalmente, se consiguió el objetivo de provocar un cambio de planes en el Ministerio de Defensa, que dio su brazo a torcer y buscó una unidad permanente para dar contenido al futuro del Cimov: el regimiento de ingenieros. Aunque inicialmente se anunció que esta nueva unidad se desplegaría a lo largo del 2006, lo cierto es que falta aún al menos dos años para ello.