El Ministerio de Cultura adquiere ahora el compromiso de recuperar el poblado Minero de Aldea Moret, pero la verdadera reconstrucción se inició hace más de un año, cuando la presión ciudadana convenció al entonces presidente de la Agencia de la Vivienda, Javier Corominas para que la Administración regional comprara la mayor parte (el 70%) de los terrenos en los que la promotora Pronorba pretendía edificar viviendas unifamiliares. Con tres millones de euros evitaban que el poblado minero se perdiera bajo los cimientos de la urbanización que pretendían crear allí.

Precisamente la protesta vecinal se inició durante la fase de exposición pública del proyecto del residencial Sierra de San Pedro, que Pronorba pretendía urbanizar sobre las 28 hectáreas que habían comprado 10 años antes en los terrenos al otro lado de la vía en Aldea Moret. En ellos estaban el edificio Embarcadero, la mina de la Abundancia y las casas del poblado.

Las primeras voces las alzaron los colectivos vecinales de la zona y los familiares de los mineros que trabajaron en su día en las galerías de Aldea Moret. Después se sumó la organización ecologista Adenex, que promovió junto a otros colectivos y a particulares la constitución de una plataforma de defensa del poblado minero.

Unos y otros instaron a la Junta a que no permitiera que el cemento devorara una parte de la historia de Cáceres que arrancaba en el año 1886 y que se convertía en "el primer ejemplo cacereño planificado, con un diseño ortogonal, con calles amplias, rectas, aceradas y arboladas... Una pequeña ciudad con escuelas públicas, economato, piscina, economato, parroquia y un parque mejor que el de Cánovas", como señalaba entonces en EL PERIODICO el catedrático de Geografía Urbana, Antonio Campesino en agosto del 2006.

Una vez salvado el poblado faltaba por determinar qué se haría con aquellas instalaciones, muchas en desuso. Corominas dijo entonces que la decisión final sobre el futuro del poblado saldría de un debate ciudadano. Al poco llegó el proyecto de rehabilitación del Embarcadero y después el del almacén situado junto a él. Es el turno de los demás ´monumentos´ mineros.