El policía local que en la madrugada del pasado 3 de julio sufrió un fuerte incidente con un ladrón al que intentaban reducir tras un robo aseguró ayer ante el juez encargado del caso, el titular del Juzgado número 4, que su agresor le arrebató la pistola y le disparó. Francisco R. L., de 33 años, se ratificó en la versión que siempre ha mantenido, que Isaac C. A., un joven cacereño con numerosos antecedentes policiales, le apuntó a la cara y apretó el gatillo, pero no se llegó a producir el disparo porque el arma no estaba montada y no había bala en la recámara.

Para su abogado, Pedro Rosado, "en este caso es evidente el elemento intencional que había en el acusado, pues no hay que olvidar que éste arrebató el arma a un policía y le disparó, lo que demuestra claramente intención, aunque lógicamente el elemento intencional y si el hecho es o no delito habrá de decidirlo el tribunal que lo juzgue".

No obstante, el letrado de la acusación mantiene su consideración, que apoya en la declaración de su representado --el policía agredido--, de sus compañeros y también en declaraciones del propio acusado. En este sentido recordó que éste, cuando se le tomó declaración en Comisaría unas horas después de ser detenido "manifestó que lo que tenía que haber hecho era matar a vuestro compañero, lo que a mi entender pone de manifiesto, inequívocamente, cuál era su intención al arrebatarle la pistola".

Por su parte, la abogada del acusado mantiene que, por el momento, sólo hay indicios, no pruebas claras, de los hechos que se le imputan. Indicó que su representado sólo ha reconocido el delito de robo con fuerza, negando en todo momento que arrebatara el arma al agente y, por tanto, también que la disparara. Mantiene que lo único que hizo fue resistirse a la detención.

HECHOS Y DELITOS Los hechos que investiga el Juzgado número 4 ocurrieron en la madrugada del 3 de julio. Sobre las dos de la madrugada en la Jefatura de la Policía Local se recibía una llamada alertando de que un joven había cometido un robo en un bar de la calle San Pedro de Alcántara y había huído en un ciclomotor. Francisco R. y su compañera localizaron al presunto autor y tras una larga persecución por diferentes calles de Aldea Moret consiguieron detenerle en la calle Ródano.

Según el parte policial y las declaraciones de los agentes que actuaron --a los dos primeros se sumaron posteriormente otras patrullas--, el joven se resistió fuertemente a la detención, y en medio de la refriega logró hacerse con el arma de uno de ellos, le apuntó al rostro y apretó el gatillo para dispararle.

Por éstos, y otros hechos, al detenido se le imputan un delito de atentado contra la autoridad, así como un posible homicidio en grado de tentativa; de conducción bajo el efecto de sustancias tóxicas; de falsedad en documento público, porque se le incautó un carnet con los datos manipulados; y un delito de robo con fuerza, que al parecer es el único que ha reconocido.

La declaración prestada ayer por el policía es un paso más en el proceso, que se mantiene abierto, con la práctica de diligencias, pruebas testificales, periciales... para determinar lo que ocurrió realmente. Y mientras tanto, el acusado sigue en prisión provisional a la espera de que la Audiencia Provincial resuelva el recurso que contra el auto del Juzgado presentó su abogada y que, en primera instancia, ya desestimó el juez.