Se lleva realizando desde hace muchos años, pero esta vez acabó antes que nunca. La fiesta de los universitarios del colegio mayor San José --que organizan cada año los colegiales coincidiendo con el día del patrón en el que se celebra la imposición de becas a los veteranos, además de una cena con familiares y antiguos alumnos-- arrancó el sábado a eso de las 23.00 horas y finalizó minutos antes de las 3.00 horas con el desalojo de la cafetería, donde se había montado la fiesta, por parte de agentes de la policía local. Varios estudiantes aseguraron ayer que, al menos, en los últimos tres años no se presentó la policía y en 2015 la fiesta se alargó hasta pasadas las 4.00 horas.

Según recoge el parte de incidencias de la policía local, entre las 1.15 horas y las 2.25 horas de la madrugada del sábado al domingo, se recibieron diversas denuncias por un elevado volumen de música, tras lo que los agentes advirtieron al centro. "El problema es que el responsable, en lugar de avisarnos a nosotros: los organizadores de la fiesta, simplemente se lo dijo al Dj, que bajaba la música a veces pero luego la volvía a subir y después de las supuestas quejas nos obligaron a detener la fiesta", comentó ayer Mercedes, una de las universitarias organizadoras de la verbena, que aseguró que "la policía no midió los decibelios, simplemente cortó la música".

Es el día grande de los colegiales, la fiesta del año para los 80 que residen allí. "Nos fastidiaron bastante. Es muy difícil juntarnos todos porque siempre hay gente que se va a casa los fines de semana, otros que tienen que estudiar... Es un día al año solamente el que nos podemos juntar los 80", apuntó ayer María, una novata de 19 años.

70 PERSONAS Este año la verbena reunió a alrededor de 70 personas, que habían puesto unos 15 euros cada uno de su bolsillo para financiar los preparativos de la noche. "La organización nos llevó un par de semanas, entre recoger el dinero, comprar las bebidas, montar el equipo de música, las luces, preparar la decoración...", señaló Carmen, otra de las organizadoras. "Nos comentaron que llamaron algunos vecinos quejándose y que uno de ellos estaba enfermo pero no sabemos nada más", añadió sobre el cierre.

Los agentes de la policía local comunicaron a los universitarios, según el testimonio de éstos, que la fiesta tenía que terminar debido a que no contaban con permiso para tener la música tan alta a esas horas de la madrugada. No obstante, a pesar del posible ruido provocado, los estudiantes se agarran a que se trata de tan solo una noche al año. "No celebramos ninguna fiesta ni nada en el colegio durante el año. Nunca molestamos. Solo tenemos una noche para pasarla todos juntos y ya ni eso", remarcó Mercedes.