Ninguna persona escribe de la misma manera. Todos tenemos unas características que hacen de nuestra escritura algo individualizado y único, como una huella. Esa es la clave de la investigación de la policía científica para identificar a autores de los grafitis, un trabajo especializado que puede llevar meses y en el que se implican los 9 integrantes de la brigada científica de la comisaría de Cáceres. En la tarea colaboran otras unidades, como el grupo de seguridad ciudadana, el de Menores y la policía Judicial, además de la policía local.

La unidad comenzó a funcionar en 2008 y desde entonces ha analizado más de medio centenar de casos por toda la ciudad, de ellos más una veintena este año. En el 2010 se vieron 19 y en 2009 se analizaron 13 pintadas y rayones en muros, fachadas y vehículos. Todos esos estudios conforman una base de datos para próximas identificaciones. Además, en este tiempo la brigada ha localizado y puesto ante el juez a un grafitero y otro autor de pintadas está en proceso de identificación.

"Parece poco, pero analizando el proceso y lo complejo que es, la identificación de grafitis lleva mucho trabajo detrás y los resultados no siempre son los esperados", advierte José Luis García, jefe de grupo de la brigada provincial de la policía científica de Cáceres.

Una de las dificultades de la tarea es que "suelen ser textos muy cortos y lo normal es que cuanto más largo sea, más material hay para analizar y obtener información", añade.

ALGO MAS QUE LETRAS El proceso de identificación de los autores de pintadas es complejo y va mucho más allá de un análisis grafológico. El estudio atiende a todos los elementos de la escritura, tanto en conjunto como de cada una de las letras, "porque en cada una se pueden encontrar particularidades en los rasgos y trazos", explica García.

La investigación se inicia cuando la policía recibe la denuncia de un perjudicado. Los agentes de la brigada científica se trasladan al lugar de las pintadas para hacer un reportaje fotográfico de las mismas, que luego será objeto de análisis.

Las fotografías se acompañan de un informe de los funcionarios que se han desplazado al lugar donde se encuentra la pintada, en el que figuran los detalles de la inspección de la zona. Ese acta y la denuncia se envía con la documentación gráfica al juzgado de instrucción de guardia para iniciar el procedimiento.

A partir de ahí, el juzgado actúa en función de las pruebas existentes. Si hay pruebas que señalen al presunto autor, el juzgado reclamará lo que se conoce como muestra indubitada , una prueba que no arroje duda de que la persona identificada es la autora de las pintadas, que se hace en el propio juzgado

Con el material de escritura de esa prueba se hace el informe pericial en el que, junto a las diligencias policiales, se analizan y cotejan las grafías de la muestra dubitada (las pintadas halladas) y la indubitada (la prueba del juzgado).

El análisis tiene en cuenta todos los elementos de la letra que pongan de manifiesto alguna particularidad: el trazo, cómo son las ampas (las letras que suben, como la 'b' o la 'l'), las jambas (las que letras bajan, como la 'p' o la 'g') o cómo son los óvalos en la 'e' o la 'o'.

"Todos hacemos la letra de una forma determinada y tenemos particularidades al escribir", dice el jefe de grupo de la brigada científica.

En el caso de los grafitis hay peculiaridades del análisis que no pueden tenerse en cuenta, como la presión. "Las pintadas son con espray y sobre una pared, con lo que no se puede ver", dice García. "Pero sí aparecen elementos inconscientes que aportan información", añade. Entre ellos, la caja caligráfica, la orientación que sigue la línea de escritura.

"Se tiende a pensar que las letras mayúsculas son más difíciles de identificar. Son exactamente igual", señala sobre algunos de los mitos sobre este tema. Aunque es cierto que hay letras más significativas, el análisis siempre va a buscar en cada letra la particularidad. "Los signos de puntuación y los acentos también son objeto de estudio", señala. "Incluso las faltas de ortografía aportan información", continúa. Porque todos esos elementos, con los conocimientos adecuados "pueden dar pistas para llegar al autor", determina el mando policial.