La Junta de Extremadura no estaba contenta con el número de especuladores de la vivienda que había en nuestra comunidad autónoma y ha decidido aumentarlos.

Va a cambiar las normas, no sabemos si las que proceden de las Cortes Generales también, para que todo el mundo especule. Especialmente los propietarios de viviendas de protección oficial. Ahora, eso sí, la Administración regional no ha cambiado la política de vivienda. Al menos eso es lo que nos aseguran las fuentes autorizadas: "Esta es la política de vivienda de la Junta. Lo anterior eran reflexiones personales".

A uno se le ocurre preguntar: ¿Lo que hizo María Antonia Trujillo no fue política de vivienda y por eso la nombraron ministra y aún continúa con las reflexiones personales sin que hayan cuajado en propuestas?

Porque lo de Leonor Martínez Pereda aseguran que solamente eran proyectos u ocurrencias de ella solita. Como si por aquí pudiera alguien hacer públicos proyectos y ocurrencias sin consultar a la autoridad competente.

Para demostrar que no han cambiado de política, Javier Corominas, presidente de la Agencia Extremeña de la Vivienda, en su visita a Cáceres, avisa de que se está revisando el proyecto que su antecesora propugnó y no deja claro si se harán las mismas viviendas, se harán en el mismo sitio o se hará un nuevo proyecto. Eso sí, su estancia en nuestra ciudad no dio lugar a los celos de nadie pues pasó desapercibida para el personal de a pie. A lo mejor lo que había que cambiar era solamente un aspecto intrascendente.

A mí me parece que en la Junta hay algunas personas demasiado inteligentes como para no haberse dado cuenta de que algo ha cambiado y, por si tienen dudas, ahí está la bienvenida que dignísimos representantes del mundo de la construcción han dispensado al nuevo presidente de la Agencia de la Vivienda públicamente. ¿Por qué será?