"Tengo muchas esperanzas porque cosas que se trataron de hacer desde mi asociación o desde el resto del colectivo vecinal y que quedaron en el tintero, estoy intentando que se pongan en marcha desde el ayuntamiento. En líneas generales, creo que ha habido muy buena acogida desde las asociaciones de vecinos hacia mi persona". Un optimista Joaquín Rumbo hablaba así el 12 de julio de 1995 en una entrevista concedida a este periódico, días después de su toma de posesión como concejal de Participación Ciudadana en el primer equipo de gobierno de José María Saponi al frente del Ayuntamiento de Cáceres.

El alcalde escogió a Rumbo y lo convenció para sumarse a las filas del Partido Popular después de que durante más de diez años fuera uno de los líderes indiscutibles del movimiento vecinal cacereño y presidiera la asociación Zona Centro. Ya entonces Joaquín Rumbo (Cáceres, 28-6-1951) demostró ser una persona contestaria en su defensa de los intereses vecinales de su barrio, castigado en aquella época por los efectos de la movida y el botellón . Durante esos años Rumbo llenaba páginas de periódicos reivindicando mejoras y reclamando soluciones al problema del ocio, del comercio, la droga o la suciedad del centro.

Casado y padre de tres hijos, José Joaquín Rumbo de la Montaña (que se dejó bigote cuando estaba en la mili) nació en la calle Nidos, a un paso de la plaza Mayor, barrio que no ha querido abandonar (vive en la calle San José) y para el que ha propiciado mejoras desde su responsabilidad municipal: el párking de Obispo Galarza, el avance en la peatonalización, las obras en La Concepción o la plaza Mayor...

Maestro y funcionario de la Junta de Extremadura desde 1976 (llevaba la administración del Laboratorio Agrario), Joaquín Rumbo inició su andadura política en la extinta Acción Ciudadana Liberal, en plena transición democrática. A lo largo de los últimos años, y de la mano de Saponi, ha sido concejal de Participación Ciudadana, de Festejos y, desde la pasada legislatura, se dedica en exclusiva a la Concejalía de Obras y Mantenimiento, una de las de mayor relevancia en un ayuntamiento y de las que requiere más cercanía con la gente, algo a lo que Rumbo está acostumbrado, por su carácter y el concepto que tiene de que un político debe estar en la calle. Ahora, seguramente con asombro, se enfrenta a uno de los momentos más duros de su dilatada carrera política: demostrar que, como él asegura, no cometió ninguna irregularidad y que actuó movido por el interés general.