El PP y Ciudadanos ya han movido ficha y el gobierno (PSOE) ha recogido velas ante la tormenta que para sus cuentas suponen las propuestas de conservadores y liberales para la aprobación de los presupuestos de 2020. No hace falta que las elecciones generales compliquen el acuerdo, ya que lo planteado en los dos últimos días por los principales grupos de la oposición ya dificulta que los socialistas cuenten con el voto del PP o de Cs para sacar adelante los presupuestos del próximo año.

El portavoz del PP, Rafael Mateos, ofreció su apoyo si hay una bajada de impuestos, pero el alcalde, Luis Salaya, ya adelantó ayer la dificultad que supone para el ayuntamiento una nueva rebaja en el IBI -principal recurso que tiene el consistorio-. El regidor, en declaraciones recogidas por Europa Press, recordó ayer como la bajada en el tipo del impuesto aplicada en 2018 y 2019 ha condicionado «mucho» los ingresos del ayuntamiento.

Estas dos rebajas han recortado el ingreso por IBI en unos dos millones de euros, según los cálculos iniciales dados por los servicios económicos municipales. A esto se suma que la segunda fuente de ingresos que tiene el ayuntamiento, las entregas a cuenta por la participación en los tributos del Estado, será similar a la de 2018 y 2019 por la prórroga de los presupuestos del Estado. Hay menos ingresos corrientes y los gastos en personal y en bienes y servicios, que se llevan más de dos tercios de los presupuestos, no bajan y no hay previsión de que lo hagan.

El portavoz de Ciudadanos, Francisco Alcántara, presentó ayer la propuesta de inversiones y desarrollos que su partido entregará al gobierno para la negociación de los presupuestos de 2020. En la misma -detallada en la información adjunta- se propone una inversión de 14,6 millones. Salaya agradeció ayer a Alcántara su disposición a negociar, pero recordó que se tiene que cumplir con la regla de gasto. Este techo que establece la ley de estabilidad presupuestaria condiciona los gastos no financieros del ayuntamiento, entre los que están las inversiones.

Alcántara propuso ayer que para la financiación de estas inversiones se utilice el superávit presupuestario del ejercicio de 2018. Los ayuntamientos pueden utilizar este superávit para la reducción del nivel de endeudamiento y para financiar inversiones que tienen que ser financieramente sostenibles. El gasto en estas inversiones no computa a efectos de la aplicación de la regla de gasto, con lo que es una puerta abierta a las iniciativas propuestas por Cs que cumplan esta condición.

PLENO / El ayuntamiento cerró el último ejercicio, el de 2018, con un remanente de tesorería para gastos generales de 8,9 millones y un superávit (capacidad de financiación) de 12,2 millones a efectos del cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria. Pero parte de esa capacidad de financiación ya se ha destinado a dotar de crédito a otros gastos, unos 8 millones, según el acuerdo que adoptó el pleno en mayo, en una de las últimas decisiones de la anterior corporación, que entonces aprobó modificaciones en el presupuesto para reducir la deuda con entidades financieras en un importe de 5,6 millones (liquidación de créditos con el Santander y el BBVA concertados en 2008 y 2016 para inversiones) y gastar 2 millones en inversiones sostenibles que carecían de crédito en el presupuesto de 2019.