La primera instalación de iluminación en el recinto monumental data de 1960. Consistía en la colocación de proyectores cónicos en los monumentos más representativos de la ciudad.

En 1986 otro proyecto ilumina no sólo iglesias y palacios, sino muchos rincones de gran belleza. Todos los proyectores se sustituyeron por otros más modernos de esa época. También se llevó a cabo una renovación del alumbrado viario.

Los proyectos se presentaron al primer concurso de proyectos de alumbrados de zonas monumentales, que en 1988 convocó el Consejo Europeo de Iluminación. Obtuvo el segundo premio.

En los años 80 y 90, el ayuntamiento rehabilitó las torres Mochada, Albarrana, de los Pozos, del Arco del Cristo, de Caleros y la torre Ochavada, así como los lienzos de las murallas existentes entre ellas. Una vez finalizadas, en el 2000, se proyectó y llevó a cabo la iluminación de estas torres y murallas así como las fachadas de edificios singulares que dan a dicha vertiente.