Con una pegada de carteles en las ventanas los vecinos del bloque 52 de edificio del Wok han comenzado una protesta contra la ejecución subsidiaria del refuerzo del edificio, ordenada por el ayuntamiento ante la negativa de realizarla la comunidad de propietarios por estar en desacuerdo. El gobierno municipal cree que la actuación es necesaria, aconsejado por el informe que realizaron los técnicos de Sevilla días después de que se derrumbara el techo del restaurante asiático hace ya casi dos años.

"Los informes técnicos municipales son tan contundentes sobre el peligro que corren estas familias que no puedo atender a otra cosa que a su seguridad. Mientras exista un informe público que diga que hay riesgo, atenderemos a ese informe", sentenció ayer la alcaldesa, Elena Nevado, preguntada sobre este asunto por el grupo socialista en la sesión plenaria.

Sin embargo los residentes discrepan de esa necesidad y ayer colgaron en sus ventanas cartulinas de colores con lemas como "mi casa es segura", "sin grietas", "100% segura" o "mi casa no se cae". El arquitecto técnico de la comunidad de propietarios aseguró ayer que tras un análisis de todas las viviendas "el edificio está perfectamente, no tiene ni una grieta". E insistió en que el informe de los técnicos de Sevilla "es erróneo". Esto último, añade el arquitecto, lo "reconoce el ayuntamiento en un informe que nos envió en el que dice que hay que comprender la situación de nerviosismo que se generó tras el accidente. Es su manera de justificar el error", aclara el técnico.

LOS VECINOS "La gente se cree que nos negamos a que se hagan subsidiariamente los trabajos porque lo que queremos es que los pague el ayuntamiento. Están equivocados, nos negamos porque nuestras casas están perfectas. ¿O es que creen que si no estuviéramos convencidos de que nuestras casas no corren peligro íbamos a seguir viviendo en ellas?", señala una vecina del edificio afectado.

La controversia entre ambas partes ha llegado hasta tal punto que la comunidad ha llevado a los tribunales el problema, para que sea un juez el que decida si el edificio corre o no peligro. Pero mientras este proceso se debate en los tribunales, el ayuntamiento continúa con su exigencia de realizar de forma subsidiaria los trabajos de refuerzo de las viviendas.

Y es que tras la tragedia en el restaurante el consistorio solicitó a los vecinos del bloque 52 que reforzaran los locales y todas las plantas del inmueble. Sin embargo los residentes solo llevaron a cabo el refuerzo de las plantas primera, séptima y octava, tal y como les indicaron sus propios técnicos. Ahora lo que quiere ejecutar de forma subsidiaria el ayuntamiento es el forzado de la segunda a la sexta planta y ha adjudicado los trabajos, valorados en 8.192 euros, a la empresa Olivera.

Los vecinos se quejan, además, de que la policía acudió el pasado viernes a sus casas "a las doce de la noche" para avisarles de que la obra comenzaría esta semana. Los operarios se presentaron el miércoles en el edificio para iniciar los trabajos, pero les fue denegada la entrada. El ayuntamiento dice que la obra se empezará con una orden judicial, para que los residentes del inmueble no puedan oponerse.

SIN LICENCIA Por último, la comunidad y su técnico advierten que "el Wok no tenía licencia de apertura", tal y como han podido conocer al tener acceso a las cartas que en dos ocasiones (la primera en 2010 y la segunda en diciembre del 2011) envió el ayuntamiento a los dueños del local, pidiéndoles información para tramitar el expediente de apertura. Esa documentación nunca llegó a entregarse.

Lo cierto es que desde que se derrumbara el techo del Wok, situado en los bajos del edificio de Alcoresa y que lindaba con el suelo del patio interior del mismo, ha pasado ya un año y siete meses. Residentes y arquitecto dicen que es incongruente que el ayuntamiento no haya desalojado el inmueble, porque si "cree que no es seguro es su obligación hacerlo".