Aunque el debate sobre el estado de la provincia aportó poco nuevo a los ya conocidos argumentos PSOE-PP de la diputación, lo cierto es que el plenario de la institución provincial cacereña vivió ayer un acontecimiento histórico al acoger por vez primera en su hemiciclo un cara a cara al más puro estilo neoyorquino en el que ambos partidos pintaron dos Cáceres bien distintos. Mientras los socialistas dibujaron un avance "impresionante", los populares pidieron la entrada de "aire nuevo y fresco" porque, a su juicio, "la provincia sigue estancada y en los niveles de desarrollo de siempre".

El pleno-debate, que se celebró a petición del Partido Popular, reunió a medio centenar de alcaldes, todos ellos del PSOE. El presidente, Juan Andrés Tovar, aseguró que habían ido al palacio provincial tras conocer la celebración del cara a cara a través de la prensa y que lo habían hecho motu proprio. Fernando Manzano, portavoz popular, escuchó incrédulo el argumento de Tovar mientras los alcaldes aplaudieron en varias ocasiones las intervenciones del presidente. A esos alcaldes también se unieron algunos bomberos, todos ellos --si no del lado de Manzano-- sí algo ásperos con el jefe del ejecutivo provincial, al que cuestionaron en varias ocasiones.

El PSOE defendió su gestión. El portavoz socialista, Miguel Angel Morales, aseguró que se ha invertido en todos los municipios, que la inversión ha aumentado --como mínimo-- de los 24.000 a los 42.100 euros, y que se han desarrollado planes a la carta, invirtiendo en aquello que los alcaldes demandaban. Igualmente aseguró que del 2000 al 2006 se ha pasado en Cáceres de 23.000 a 26.000 nuevas empresas y que frente a los 59 millones invertidos por José María Aznar están los 85 de Zapatero.

Fernando Manzano hizo, sin embargo, una foto en blanco y negro: endeudamiento, 73 viviendas sin abastecimiento de agua potable, red de saneamiento deficiente, 48 núcleos de población con calles sin alumbrado público, poca inversión en carretera. Manzano vaticinó: "El 27 cambiará". Tovar contestó: "Sus datos son del siglo pasado". La última palabra la tienen las urnas.