Cuando el Centro Comercial Ruta de la Plata desembarcó en Cáceres, Cáceres dejó de acabar en la Cruz porque hasta entonces había muy poco que ver en Cáceres más allá de la Cruz de los Caídos, a cuyos pies creció el Parador del Carmen, que fue durante muchos años parada y fonda de Cáceres. Parada porque hasta él llegaban bestias de carga y autobuses; fonda porque en él se hospedaban viajeros de ida y vuelta en una ciudad que precisamente empezaba y acababa en ese parador, donde hoy se levantan el Edificio El Carmen y una sucursal de la Caja de Ahorros de Extremadura.

El Parador del Carmen era, entre otras cosas, el lugar donde llegaba el correo, pero especialmente un punto fácil para el contrabando en una ciudad en plena posguerra donde se pasaba hambre y donde para la gente eran fundamentales víveres como el café o las legumbres que siempre venían mucho más baratas desde Portugal. El edificio tuvo su mayor esplendor en los años en que empezaron a entrar en Cáceres los primeros coches de línea. Antes de eso, el modo de transporte era el burro, y las posadas más famosas eran las del Camino Llano y La Machacona, que disponían de cuadras para guardar las bestias, pero que comenzaron a decaer con la aparición del autobús.

El Carmen, sin embargo, era todo un centro logístico. Por ejemplo: podían guardarse los animales en las cuadras, que estaban en Ronda del Carmen, también podían aparcarse los autobuses y además tenía posada y un bar con mesas de madera donde servían comidas. En el parador se daban cita muchos negocios como el taller de Joaquín , que también niquelaba, o la churrería Ruiz, que tenía un quiosco de chapa verde y que llevaban Juana y su marido. Y luego estaban los maleteros, que tenían carro y vara y que aguardaban la llegada de los viajeros para cargarles el equipaje y acompañarles a los hoteles de la época como el Toledo o el Alvarez. Los maleteros más célebres fueron Andrés Gibello , que era uno de los hombres de confianza de Mirat , Zacarías , Coronel , Eustaquio o Gabriel .

Pero Cáceres fue evolucionando y llegó a 1993, el año en que nació el Centro Comercial Ruta de la Plata, que marcó, en gran medida, el crecimiento urbanístico de nuestra capital. Impulsado por el Grupo Deico, por medio de su Sociedad Desarrollo Comercial de Cáceres SA y situado en el noreste de Cáceres, en el polígono Cabezarrubia, fue el primer centro comercial de Extremadura, con una inversión que superó los 5.500 millones de pesetas, y que se perfiló como un lugar de encuentro, de compras y de reunión, impulsor de la modernización de la ciudad.

La apertura

El Ruta de la Plata se inauguró el 18 de mayo de 1993 en medio de una gran expectación. 800 personas aguardaron su apertura y protagonizaron una carrera a su interior en el momento en el que a las diez de la mañana abrió sus puertas. Entre aquellos primeros clientes estaban Alberto Galapero , que entonces era un estudiante que aseguraba: "está chulísimo y es una cosa grande y guay", o Catalina González , un ama de casa que lo definió como "una auténtica maravilla", o Luisa Durán , también ama de casa que decía: "Esto es lo que necesitábamos hace tiempo en la ciudad".

Una ciudad que en los 90 había vivido su gran eclosión, una ciudad que en los 90 había recibido al festival Womad en la plaza Mayor, donde ya estaba abierta la Librería Hormigo, que antes había sido de los Solano , muy cerca de la Confitería Isa, que abrió el señor Vidal , con sus bambas y sus mojicones. Junto a ellos, se agolpaban en la plaza muchísimos negocios: retales Josefina, la peluquería del señor Montero , Almacenes Reviriego, La Salmantina, que llevaba Jacinto García , el zapatero Pedro , que tenía la zapatería más tradicional de la ciudad y que empezó en Bujaco vendiendo fardos de zapatillas colorás que traía un día y al siguiente se agotaban.

En la plaza también estaba la farmacia de Bravo, de Manuel Bravo , famosa por su maniquí del escaparate, al que todos llamaban 'El Quebrao' porque tenía un brazo en alto como si estuviera en cabestrillo, un braguero, y todo el cuerpo lleno de parches de esos que se ponían para los dolores. También estaba la farmacia de Escribano , y Galerías Madrid, que abrieron donde antes estaba la Frigorífica Salmantina, que tenía helados y gaseosas, y que estaba junto a Flores y Plantas Corcobado.

Pero el Ruta de la Plata no tardó en quitarle el puesto a la plaza para convertirse en el centro de Cáceres, con 19.000 metros cuadrados, asentado sobre una parcela de 25.000 y 50 rótulos comerciales con una oferta muy variada en moda, restauración o servicios. Históricos como el hipermercado Eroski, Zara, Cortefiel, El Puchero (que primero fue mítico self service), Springfield, Stradivarius o Sánchez Cortés se instalaron dentro de esta fórmula comercial hasta entonces tan desconocida para Cáceres, que de pronto, apenas sin darse cuenta, se había hecho moderna.

Era ya Cáceres la ciudad del telediario porque tenía un equipo de baloncesto en la ACB. A Cáceres venían gentes de toda clase y condición, pues era la cuna de una floreciente universidad y espejo de la movida universitaria gracias a locales emblemáticos como El Callejón, El Jara o el Mesón Extremeño, abierto el 26 de octubre de 1972 en un local propiedad de Antonio Barrientos donde Jesús Sansón impulsó este local.

En sus inicios el Extremeño, con entrada por la calle del Duque, era uno de los múltiples negocios de la plaza Mayor y sus inmediaciones: la Chocolatería Ruiz, el Bar Manso, La Parada, La Legión, La Machacona, El Chicha... Hasta el mesón comenzaron a llegar colegiales del San Antonio, del Diocesano y especialmente universitarios, casi siempre a dos velas que se pedían una cerveza a medias.

Jesús no tardó en poner su mesón de moda. Repartía bandejas con pinchos, vendía cerveza a precios económicos, pinchaba música que le traían de Harpo, y Soniprex siempre colaboraba con él. Sansón popularizó la Fiesta de la Cerveza. Por su mesón pasaron abogados, médicos, fontaneros, sacerdotes...

Empujón económico

Y todo eso en una capital cuyo centro comercial fue una apuesta realizada en 1993, que también fue un año donde se habló de crisis financiera en nuestro país, de modo que la llegada del Ruta de la Plata supuso un empujón económico muy importante para la ciudad de Cáceres.

Este año se cumplen 20 desde su nacimiento, desde entonces ha dado tiempo a hacer muchas cosas: desfiles de modelos, carreras de la bicicleta, fiestas de Reyes Magos (que han llegado al centro comercial hasta en camello o helicóptero).

Hoy, el Ruta de la Plata da trabajo a 450 personas, más las empresas auxiliares que se nutren de un negocio que desde el año 2000 gestiona la empresa Corio. El centro comercial es ya un referente para la ciudad de Cáceres, un lugar al que los cacereños no solo acuden a realizar sus compras, también a disfrutar de su tiempo de ocio. Ya Cáceres no se entendería de la misma forma si no contara con el Ruta de la Plata, el centro comercial que descubrió a los cacereños que había vida más allá de la Cruz.