El hijo de Ana María Luengo Carrasco va a cursar 1º de Bachillerato en el Instituto Norba Caesarina de Cáceres. Ella forma parte de una plataforma de más de un centenar de padres que ponen reparos a que sus hijos tengan que ir a clase por la tarde. En el caso de la ciudad, además del Norba, el Hernández Pacheco también implantará docencia vespertina. «No es justo que hayamos sido informados de este gran cambio que supone para los adolescentes a menos de un mes de empezar. Así ha sido imposible barajar la posibilidad de cambiar de centro», asegura.

A juicio de los padres, con esta medida «será imposible conciliar la vida familiar, y teniendo que cuidar alguno de ellos de hermanos más pequeños, tendrán que dejar escuela de idiomas, conservatorios, deportes, clases particulares... les parte en dos», estiman.

Añaden que «los alumnos que vienen de los pueblos en transporte escolar, no podrán hacerlo por ser incompatibles los horarios, cuando el resto de los escolares de otros centros, sí podrán continuar con su formación. Dando lugar también a que muchos dejen de estudiar por sentirse marginados y que no se adapten bien».

Ana María Luengo lanza un ruego: «Valoren bien la decisión, se están ubicando sitios para dar clases de otros centros, hay muchos espacios cerrados, como la Escuela de Lenguas Modernas o el colegio San Jorge Internacional, en Malpartida de Cáceres», ambas instalaciones cerradas.

Injusticia

«No les hagamos la vuelta a los estudios más difícil, están en una etapa decisiva para su futuro y sería muy injusto. No son adultos, muchos de ellos tienen aún 15 años, no miremos para otro lado en este tema».

Esta madre argumenta que en junio solicitaron las clases por la mañana, pero que ahora tendrán que ir por las tardes, de tres a nueve de la noche. «Eso les impedirá realizar sus actividades extraescolares, el deporte, es un agravio comparativo. Si hubiera sido igual para todos, vale, pero no es el caso. Nos sentimos discriminados», sentencia.

Ambos centros suman unos 700 alumnos. El principal problema en ambos es el volumen de estudiantes que se concentra a las mismas horas, lo que ha hecho imprescindible descongestionar los institutos por la mañana. En estas instalaciones los afectados son los de los cursos superiores: Bachillerato en los dos centros y Formación Profesional en el Pacheco.

Tal como publicó este periódico, los estudiantes afectados de ambos institutos ya se han manifestado en contra de esta decisión porque las clases por la tarde son incompatibles, por ejemplo, con la formación extraescolar como la escuela de idiomas o el conservatorio. Y, en el caso de los alumnos de Formación Profesional, porque no pueden compatibilizar las clases con su vida laboral o personal (muchos de esos chicos se encuentran trabajando).

Y todo ello en medio de un escenario incierto de coronavirus. Desde el 1 y hasta el 14 de septiembre, dependiendo de cada comunidad autónoma, más de 8.000.000 de escolares españoles regresan a las aulas, esas que están vacías desde mediados de marzo. Las dudas y temores que genera el comienzo del curso escolar 2020-2021, en medio de una pandemia, son más que razonables.