Llegó a Cáceres con cuatro años.La vida de Juan Carlos Fernández Rincón (Burgos, 1954) ha transcurrido ligada a las tradiciones de la capital cacereña, entre ellas, la devoción a la patrona. «La virgen me ha ayudado a ser persona y a ser lo que soy» y confiesa que los mayores momentos de paz los ha vivido sentado frente a ella en el santuario. El coronel del Ejército en la reserva y presidente del Banco de Alimentos en Cáceres. Esta semana ha sido nombrado nuevo mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Montaña y sustituirá a Joaquín Floriano, que ocupó el cargo desde 2008 en una junta directiva en la que Fernández Rincón fue vicemayordomo.

Lleva vinculado a la cofradía durante décadas. De hecho, en abril fue pregonero del novenario de la patrona cacereña, en un acto que tuvo lugar en el Gran Teatro. Reconoce que asume el nuevo puesto con «alegría» y con «ganas». Afronta una nueva etapa que califica de «continuista». Confiesa que cuando planteó presentarse -fue el único candidato- lo que le hizo «tirar para adelante» fue que los integrantes de la junta de Floriano le acompañaran. «El 80% de la junta directiva son los mismos, les dije que me presentaba si me seguís, quiero continuar el trabajo que hizo Joaquín», destaca.

Más allá de ese perfil conservador, Fernández Rincón trabaja en una línea que integre evolución. En ese sentido, perfila las líneas de trabajo y destaca que entre sus pilares se encuentran la presencia de la mujer en la hermandad. En la anterior legislatura, la cofradía cambió los estatutos para que las mujeres pudieran cargar la imagen de la patrona y esta nueva junta incorpora una mujer, que estará encargada de la vocalía de juventud, otro de las bases que se plantea como objetivo. «Quiero potenciar el acercamiento de la mujer y la juventud», señala. En cuanto a los objetivos a corto plazo, señala que en 15 o 20 días conocerán la resolución de la Junta a la declaración de interés turístico de la fiesta. No obstante, avanza, aunque no da más detalle, en próximas fechas presentarán un proyecto a la Junta para señalar el camino al santuario que reemplazará a la anterior propuesta de placas en el suelo que la administración regional retiró días después de que se instalara en el suelo de la ciudad. Quiere evitar polémicas y augura una iniciativa «participativa».