THtay en Europa quien comienza a pensar que las prejubilaciones pueden ser una puerta para la entrada de los jóvenes en el mercado laboral, pero el gobierno de España quiso acabar con esta modalidad de despido (dejémonos de subterfugios como decía Leticia) por ser costoso para el Estado. Y tiene razón, lo es, y para ilustrarlo he encontrado la estimación de un experto, referida a 2010, que situaba en 10.500 millones de euros su coste para las arcas públicas. Por eso el ejecutivo las ha endurecido, y a las empresas les saldrá más caro deshacerse de los trabajadores mayores de 50 años cuando se vea, claramente, que lo que quieren es soltar lastre de trienios y quinquenios.

Con este nudo gordiano hemos topado y difícil veo la tarea de búsqueda de los extremos para deshacerlo. Por un lado hay que cortar la sangría laboral de los trabajadores con más de 50 años, además de proteger las arcas del Estado del vampirismo de las empresas que practican estas políticas, pero por otro es preciso hacer hueco a los jóvenes, y no podremos hacerlo si hay que continuar trabajando hasta los 77 o más. De todas formas, creo que estoy siendo ingenua en la exposición ya que las empresas, las que sueltan el lastre de las nóminas más elevadas, le buscarán las vueltas a la norma para seguir haciéndolo. Por tanto, solo veo una solución: que por cada trabajador mayor que despidan, la ley les obligue a contratar a un joven.

Recelo de esas empresas, pero también de los que en Europa parece que no tienen claro ni lo que dicen ni lo que hacen. Nos obligaron a subir la edad de jubilación, se empeñan en un tránsito más rápido, y ahora: ahora lanzan la posibilidad de un plan de jubilaciones anticipadas. ¿Lo dicen de verdad o solo por una coyuntura interesada?