TCtomo consecuencia de la polémica surgida a raíz del veredicto de culpabilidad, emitido por el jurado popular, por los hechos protagonizados por una agente de la policía local, desde la distancia y la perspectiva que me otorga el hecho de haber dejado el servicio activo hace algo más de un año y ver las cosas un poco desde fuera, me voy a permitir algunas reflexiones en torno a esta situación y lo que la misma viene generando.

En primer lugar, me parece importante señalar que en cualquier colectivo o grupo de personas, sea profesional, social o de cualquier otra índole, se dan personas, personalidades y circunstancias vitales distintas y diferenciadas, lo que hace que cada uno sea como es y haya para todos los gustos, sin que la conducta de uno, o unos pocos, sea referente para igualar o medir por el mismo rasero a todo el colectivo. Mucho menos en este caso, en el cual, la irregularidad cometida, fue detectada por los propios responsables de los servicios afectados, trasladada a las instancias del propio cuerpo y municipales correspondientes y de ahí a las judiciales, con el veredicto que ya conocemos.

Del mismo modo, soy consciente de que a cada uno de los ciudadanos nos gustaría que ahora, a esta agente, se la impusiese una pena distinta, más o menos grave en función de la tolerancia personal que cada uno tenga; pero el hecho cierto es que ese cometido le corresponde al juzgador que, a través del sumario y de la vista oral, se ha podido hacer cargo de los hechos y las motivaciones que la hayan podido llevar a actuar como lo hizo, lo que, unido a su formación, su recto saber y entender y su sometimiento a la ley y a la justicia, sin duda, le proporcionan capacidad para juzgar con ´pleno conocimiento de causa´, del que carecen muchos y que lamentablemente no les impide opinar. Y ello es así porque así funciona, gracias a Dios, nuestro Estado de derecho.

Por otra parte, creo que es momento oportuno para manifestar que la Policía Local de Cáceres, desde que yo accedí a su jefatura en 1982, es un cuerpo que, a lo largo de los años y con las sucesivas Corporaciones, ha ido evolucionando, consiguiendo y obteniendo una mejora progresiva en instalaciones, en medios, en formación, en capacidad de intervención, de resolución de conflictos y de ayuda al ciudadano. Cierto es que su misión, que en muchos casos consiste en reconvenir a algún ciudadano porque ha cometido alguna infracción, genera no pocos conflictos, pues a nadie nos agrada que se denuncie nuestra conducta o se delate nuestra incorrección; pero no hay que olvidar que cada infracción genera víctimas y para la protección del derecho de éstas que se ha vulnerado, intervienen los poderes públicos, en este caso la policía local. Como también es cierto que un alto porcentaje de las intervenciones de este Cuerpo son de carácter asistencial, de ayuda y colaboración con los ciudadanos; pero obviamente estas actuaciones son menos llamativas y, por supuesto, menos polémicas.

Finalmente, no me resisto a declarar que durante los casi treinta años que he desempeñado la jefatura de la policía local y he convivido día a día con todos sus componentes, he tenido ocasión de comprobar que con diferentes personalidades, gustos y aficiones, con distintas formas de entender nuestro trabajo y de llevarlo a cabo, con mayor o menor tolerancia o rigidez en el momento de cumplir y hacer cumplir las normas y cuantas diferencias se puedan o se quieran establecer entre hombres y mujeres con más o menos cultura, de más o menos edad, en definitiva, entre personas distintas, lo cierto es que se trata de un colectivo muy profesional, con un alto nivel medio de vocación y de preparación, que viene prestando servicios muy valiosos a Cáceres y a los cacereños. Por mi parte, desde la distancia y con la perspectiva a que me refería al principio, con el disgusto que situaciones como la que motiva estas reflexiones genera y con el deseo de que esa mejora progresiva no se detenga, puedo afirmar con toda rotundidad que para mí ha sido un honor, un privilegio y un orgullo haber dirigido a este colectivo durante estos años.

*Superintendente de la

Policía Local en segunda actividad.