Tras dos años de obras, el palacio-sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura luce sus mejores galas gracias a la rehabilitación que en el vetusto edificio ha acometido el Ministerio de Justicia con una inversión de 2.931.428 euros.

La rehabilitación llevada a cabo era de justicia, pues no en vano este edificio, construido entre 1655 y 1657, acoge al más alto tribunal de Extremadura, "y la imagen que ahora ofrece dignifica las infraestructuras judiciales con las que cuenta esta comunidad", hicieron constar en su inauguración desde el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, hasta los presidentes de la Junta, Rodríguez Ibarra, y del TSJEx, Márquez de Prado.

A él acudían los ciudadanos en sus orígenes en demanda de caridad, al ser su primer uso Hospital de la Piedad, y a él acuden en demanda de justicia desde 1791, año en que se convirtió en sede de la Real Audiencia de Extremadura.

Fue el 23 de mayo de 1989 cuando comenzó a albergar el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, y ahora acoge su presidencia, las salas de Gobierno, de lo Civil y Penal, de lo Contencioso-Administrativo y de lo Social, y del fiscal-jefe de la comunidad extremeña.

El palacio, una de las principales muestras del neoclasicismo en Cáceres, tiene su acceso principal por la plaza de la Audiencia, una fachada construida con sillares de granito y un portón central coronado con un escudo e inscripción tallados en piedra. Una posterior ampliación ofrece una segunda entrada por la calle Nidos, y todo su conjunto se desarrolla en torno a un patio porticado de planta cuadrada, con tres arcos de medio punto en cada lado y columnas de granito.

La superficie total del edificio es de casi 6.000 metros cuadrados, de los que ahora se han rehabilitado 3.500, cuidándose en la actuación, de forma especial, el tratamiento de sus elementos más singulares, sin olvidar la modernidad y funcionalidad del mismo. "Se ha primado el respeto por su características singulares compaginándolas con las necesidades del programa de usos y la forma de utilización de un edificio con las tecnologías actuales", destacan los responsables de la actuación acometida.

Reminiscencia franquista

Pero las obras han motivado de nuevo el eterno debate, esta vez en torno a un águila franquista de grandes dimensiones con la leyenda consabida: España, una, grande y libre . No le falta ningún componente del viejo régimen, incluidos yugo y flechas, ni tampoco la polémica: ¿Hay que eliminarla o mantenerla? La escultura granítica se ubica sobre la puerta principal del palacio.

En 1955 se acometió una reforma integral para adaptarlo como Audiencia Territorial de Extremadura y Audiencia Provincial de Cáceres, y fue entonces cuando el régimen franquista encargó el escudo a Enrique Pérez-Comendador, escultor nacido en Hervás, donde existe un museo con su nombre. "Es un trabajo tan bien hecho que en la transición se decidió no tocarlo al considerarlo una obra de arte", explica Manuel Martín-Cisneros, historiador cacereño. Durante la última reforma, inaugurada el jueves por el ministro de Justicia, los arquitectos del ministerio también han optado por mantenerlo, incluso se ha adecentado.

Sin embargo, hay ciudadanos disconformes que ya han transmitido sus quejas. El presidente vecinal del casco histórico, Luis García, ha recibido varias reclamaciones al respecto. "Es un escudo anticonstitucional y vecinos de la zona piden que se retire, como españoles y demócratas", indica.

Otros cacereños, como Martín-Cisneros, apelan a su valor artístico independientemente de la política: "Es testigo de la historia que vivió el país durante 50 años, una época que ya pasó, que ya no va a hacer más daño. Pero no podemos eliminar una obra en nombre de la historia".