No luce corona ni ricos ropajes y tampoco ha llegado de tierras lejanas, pero la iniciativa puesta en marcha por Juani Galán hace 12 años en La Cañada se parece mucho a la ilusión que reparten en la madrugada del 6 de enero Sus Majestades de Oriente. De hecho es en la mañana de ese mismo Día de Reyes, cuando ella también reparte entre todos los niños del barrio juguetes y golosinas, y convierte su multitienda de la calle Comarca de la Serena en el punto de encuentro de los vecinos.

"Soy feliz desde el primer día que llegué a esta tienda y me importa el barrio", señala Juani Galán sobre los motivos por los que puso en marcha esta iniciativa en la que trabaja durante todo el año. Cada niño de La Cañada recibirá un cucurucho de golosinas, una poesía y un regalo que varía en función de la edad. Para los bebés, peluches; para los más mayorcitos, juguetes y juegos de mesa; y para los que están más cerca de la adolescencia, una caja sorpresa que ha construido ella misma con distintos regalos entre bolígrafos, llaveros y camisetas. Cada tipo de juguete tiene asignado un número que se corresponde con los números que se incluyen también en los cucuruchos de golosinas que reciben.

"Hay personas que tienen mucho dinero y no dan nada. Yo no tengo mucho, pero mis necesidades están cubiertas; no me gasto el dinero en ropa cara y me importa más poder repartir un poco entre los demás", explica sobre el motivo por el que lleva a cabo esta iniciativa a título personal. De hecho este año se ha gastado más de 600 euros en los 200 juguetes que saldrán de su establecimiento a lo largo del 6 de enero (30 peluches y otros 120 regalos, además de las cajas que ha elaborado ella). Todos se pueden ver estos días en el escaparate de su establecimiento. "Con todas las malas noticias que hay, si hay algo bueno que puedo hacer, no me cuesta", añade.

Todo el año

Los preparativos de su papel como Reina Maga se prolongan todo el año. "Poco a poco voy juntando los regalos que voy a entregar", explica. Para ello recorre almacenes de algunas marcas que se prestan a colaborar y acude también a un local de Plasencia para comprar los juguetes. Las chucherías las coge de su propio establecimiento.

"La pena es que este año será el último", reconoce. No es que le falten ganas, sino que a partir del próximo mes de abril dejará su establecimiento para jubilarse tras 12 años en el barrio y otros 30 en distintos establecimientos de hostelería regentados por la familia. "Voy a pasarlo mal porque vivo en frente de la tienda y se me va a hacer raro no estar allí", asume Juani Galán, a la que muchos conocen en el barrio como la abuela de La Cañada por la relación especial que mantiene con los niños.

De hecho, la iniciativa del día de Reyes no es la única que les prepara a lo largo del año. También tiene regalos para ellos en Halloween --golosinas-- y en los Carnavales --una merienda--. Tampoco escatima en detalles con los vecinos adultos. Hace unos días sorteó una cesta de Navidad entre ellos, con boletos que había ido entregando de forma gratuita cuando pasaban por la tienda.

"Quiero mucho a la gente que vive aquí. Me alegro con sus alegrías y me llevo a casa los problemas que me cuentan", afirma sobre sus vecinos y la mágica relación que les une a ellos.