• La Organización Mundial de la Salud dice que con el plomo no hay riesgo bajo ni un nivel seguro de exposición, porque se acumula en el organismo. Se distribuye hasta alcanzar el cerebro, el hígado y los riñones, y se acumula en dientes y huesos. Los niños y las embarazadas son más vulnerables y no deberían consumir agua que lleve plomo. Por ello se aconseja sustituir las tuberías por materiales que no contaminen.