El ayuntamiento frena la tala de casi 200 árboles que estaba prevista en el proyecto de ampliación del parque del Príncipe. Lo hace a petición de Cáceres Verde, que se puso en contacto con el consistorio nada más conocer la información para pedir que se reconsiderara. Y así ha sido. El alcalde y responsable del área de Medioambiente, Luis Salaya, ha dado orden de detener la tala. Esto va a suponer modificar el diseño inicial, aunque no va a influir en el retraso de los trabajos.

Se trata en concreto de un centenar de cipreses, de 50 chopos y de un seto que se encuentran ubicados detrás de las oficinas de Parques y Jardines, en un camino de tierra que está aún por urbanizar. El proyecto contemplaba dejar esta superficie como un espacio diáfano, lo que hacía necesario suprimir parte de la vegetación. Lo que se hará ahora es intentar mantener el diseño inicial pero integrando todos estos elementos verdes. «Creemos que el proyecto tiene un buen diseño y esa zona diáfana está muy bien siempre y cuando se tratase de un parque de nueva construcción, pero no podemos eliminar la vegetación que ya existe. Son árboles con más de 30 años a los que hemos dedicado mucho tiempo», afirmó Luis Salaya. Y añadió que, en el caso de que hubiera que prescindir de alguna especie, lo que se haría sería trasplantarla, respetando la época de plantación para evitar que sufra daños (esto fue precisamente lo que ocurrió con el cedro de Primo de Rivera que, al trasplantarlo en verano no sobrevivió y acabó muriendo a los meses).

El alcalde recordó que el objetivo del ayuntamiento es que la nueva obra intente respetar la totalidad de la vegetación existente. «Tenemos que intentar adaptar los proyectos a la existencia de la vegetación porque es una parte de nuestro patrimonio urbano», insistió Luis Salaya.

Por su parte Cáceres Verde agradece la «rapidez» con la que se ha actuado y solicita una mayor coordinación entre políticos y técnicos para evitar que esta situación se vuelva a repetir.