Le llaman la voz de oro africana y pisó ayer suelo cacereño procedente de Mali, país que le vio nacer y al que volvió en el 2001 tras vivir en Francia. A Salif Keita le cuesta sonreír, quizá porque sufrió en sus carnes la persecución de los albinos como él en su país. Admirador de Camarón y colega de Concha Buika, uno de los músicos con más nombre del continente africano ofreció ayer uno de los conciertos estrella de Womad.
--¿Cómo se siente en Cáceres?
--Es una ciudad bonita y antigua que me gusta mucho.
--¿Qué es la música?
--Una medicina contra el estrés y otras muchas cosas.
--¿Qué supone estar en el escenario de un Womad?
--Es un gran festival en el mundo y a todos los músicos les encanta tocar en él. Está muy bien que la música sirva para que las personas del mundo se comuniquen a través de ella.
--¿Se siente más importante cuando le llaman la voz de oro africana?
--Está bien ser agradecido cuando hablan bien de ti, pero no soy único.
--Ha viajado a Europa desde Africa donde vive. ¿Cómo contempla desde Mali la crisis económica mundial?
--Africa es un continente bastante joven, pero ahora con la crisis se agudizarán nuestros problemas. Sin ella ya teníamos problemas, pero vamos a tener más.
--¿Confía en Obama?
--Creo que con él el racismo se va a terminar de una vez. Lo importante no es el color de la piel que tenga un hombre sino lo que sea él en sí mismo.
--¿Qué le gusta de España?
--Lo que puede salvar a España es su alegría de vivir. Sobre todo, los españoles saben compartir y con este valor humano casi todo se puede salvar.