Resulta que a Carmen Heras se le ha ocurrido comparar a Saponi con Julián Muñoz y ha estado a punto de armarse la gorda. Porque imaginemos que la noticia llega a oídos de Julia, la esposa de Saponi. Supongamos que es muy celosa. "¿Qué estás haciendo tú para que te comparen con el Cachuli ?

Si aguantar las preguntas de la oposición es una molestia a veces insufrible, soportar un interrogatorio por parte de la esposa es un calvario.

"Nada. Cosas de los socialistas, que no saben cómo desprestigiarme". Una contestación así puede ser suficiente para satisfacer los oídos de los militantes en un mitin, pero los oídos de una esposa celosa necesitan más precisiones. "Sí, eso es lo que decís los políticos, pero vete tú a saber". O sea, que se aproxima la tormenta. "¿Y no será por lo de la Pantoja?"

La verdad, Saponi puede tener defectos como cualquier mortal, pero no es proclive a las infidelidades. Y menos con la Pantoja. "¿Con la Pantoja, dices? Pero si solamente la he visto una vez en un escenario. Y encima estaba contigo".

Sin embargo, como en España tenemos la fortuna de contar con otras muchas artistas: "¿Pues quizás sea otra Pantoja. O cualquier lagarta. Si ya me parecía a mi que en el ayuntamiento no hay tanto trabajo como para venir tan tarde a casa. Dios sabe con quién andarás". Puesto que resultaría imposible convencerla de que los plenos, las comisiones, las reuniones requieren su presencia y duran mucho tiempo, la cosa se complicaría de tal manera que Saponi no tendría más remedio que convocar una rueda de prensa y aclarar que él no tiene ningún parecido con Julián. Y menos con Pantojas. Naturalmente todo esto es ficción pues Julia sabe que Saponi sigue siendo fiel a los amores de hace ¿40 años? O más.