El responsable de la Asociación de Madres y Padres del Colegio Público de Educación Especial Proa, José María Tovar, mostró ayer su satisfacción tras el compromiso adquirido por el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de construir un nuevo centro destinado a los alumnos discapacitados. El jefe del ejecutivo, que realizó este anuncio durante la visita que el jueves giró a Cáceres, despejó las dudas en torno al futuro del inmueble y fue más allá al asegurar que es intención del gobierno regional mantenerlo en la barriada de Aldea Moret, después de los rumores que habían corrido en Cáceres sobre su posible traslado y que habían alertado a todos los colectivos vecinales del barrio, que plantearon la constitución de una plataforma para evitar la medida.

José María Tovar estaba ayer contento. Dijo que hasta el momento "el colegio no existía en las estadísticas de la Dirección Provincial de Educación" pero que el anuncio de Ibarra solventa ese lapsus y viene a confirmar que los padres llevaban razón cuando de forma reiterada solicitaban la construcción de un nuevo colegio. Desde el pasado mes de noviembre la Ampa venía denunciando los continuos robos que el colegio sufría así como el mal estado de sus instalaciones, con deficiencias en los aseos e incluso con cajas de cartón que hacen las veces de cajones en los armarios del internado.

SIN ALARMISMO El representante de los padres volvió a negar que su intención haya sido generar alarma o dañar la imagen de los dirigentes del centro. Insistió en que sólo ha pretendido poner el parche antes que la herida e hizo incluso referencia a Alba, la niña de Barcelona que se debate entre la vida y la muerte por un presunto caso de malos tratos y un supuesto mal seguimiento de los servicios sociales catalanes. "En Barcelona, que muchos definen como el primer mundo de España, se han producido unos hechos por no adoptar medidas a tiempo. Aquí no queríamos que sucediera algo parecido. Siempre hemos dicho que lo importante es la seguridad de los alumnos y que la administración debe adoptar medidas porque lo niños, y más si se trata de discapacitados, pertenecen a un colectivo muy vulnerable. Ahora los ladrones entran en el colegio y roban bolsas de deporte, cepillos de dientes o gel de baño pero ¿quien nos dice que no vayan a más?", se preguntó Tovar.

El presidente se alegró mucho de que la Junta haya optado por mantener el colegio en Aldea Moret. "Nunca nos hemos negado a que siguiera allí. Existe un microclima fabuloso, unos jardines estupendos y mucho terreno, pero lo único que pedíamos es que se hiciese un colegio nuevo". Finalmente, Tovar pidió al gobierno regional que busque una alternativa durante el periodo de obras para que los alumnos no sufran las consecuencias, siempre molestas, de una actuación de este tipo.

La reacción vecinal también fue positiva, aunque menos efusiva que la de los padres. Las asociaciones de vecinos lideraron la lucha porque Proa siguiera en Aldea Moret, a su juicio último reducto de la buena imagen del barrio. Pero en Las Minas siguen defraudados y con cierto sabor agridulce. Juan Manuel Trejo, de Santa Lucía, alabó el compromiso pero pidió más inversiones. Lo mismo dijo Arístides García, de la Asociación Socio-Cultural: "En Aldea Moret siempre empiezan la casa por el tejado y nunca se ven avances".