"El 875, el 875, lo tenéis, el 875, que tocan cien millones de pesetas". Así, de corro en corro, Juana Franco, Juanita, buscaba al ganador de la rifa. Juanita no es lotera, ni el premio son cien millones de pesetas, sino una gargantilla. Ella es el alma de la fiesta de los santos mártires y el sentido del humor nunca lo pierde, ni siquiera ayer, "el día más frío", recuerda, de los 33 años que lleva organizando la fiesta de San Fabián y San Sebastián en el paseo Alto.

La romería de los mártires es una tradición en Cáceres, una herencia rescatada hace tres décadas por la cofradía y por los vecinos actuales y pasados de las calles (Barrionuevo, Santa Gertrudis, Margallo...) y barrios (Aguas Vivas, Zambomba...) adyacentes al paseo Alto.

"Se ha notado menos afluencia por el frío, pero la gente responde, hemos celebrado la misa en la explanada --la temperatura era de pocos grados-- y los mayores se quedaron en el interior de la ermita, por eso todos los bancos están así", señala Pedro Muriel a los asientos del templo, dados todos la vuelta en dirección a la explanada. Muriel es uno de los colaboradores habituales en la organización de la fiesta.

"Todo lo que saquemos irá a los comedores de Cáritas", añade Muriel. El año pasado se sacaron 7.000 euros, entonces la urgencia fue Haití, pero ahora la prioridad está en casa. Los ingresos se obtienen de la venta de roscas y de la rifa y este año también se había instalado un puesto para recoger comida (operación kilo).

En ese fin social la cofradía no está sola. Tiene la ayuda de un grupo de niñas de 10 años. "Dulces, muñecos, ropa de segunda mano...", responde Maite Murillo cuando se le pregunta qué venden en el puesto que han montado bajo la supervisión de sus padres en el acceso a la explanada. El año pasado ingresaron 625,22 euros que se destinaron a Haití, pero este año "se lo damos a la cofradía", añade Eva Timón, también de 10 años.

Cerca de su puesto, ya en la explanada, estaba el de dulces de Animación y Cooperación Misionera, una ong que destinará lo obtenido ayer a un proyecto de colaboración con niños abandonados en Chiapas, México. "Que alimentación, sanidad y educación estén garantizadas", explica Amparo, mientras sirve descafeinados y vende coquillos, al referirse a los objetivos que tiene esta ong, de la que es miembro.

"No recuerdo unos mártires con tanto frío", asegura María José Delgado mientras intenta, no lo logra hasta la tercera vez, encender un cigarrillo. Es una de los componentes de El Redoble, el grupo de folclore que todos los años actúa en la fiesta. "Tenemos un área de investigación del folclore y tradiciones", explica. La fiesta de los mártires es "una tradición de Cáceres como en todos los pueblos, como el Jarramplas --de Piornal-- o las Carantoñas --de Acehúche--", añade la presidenta de El Redoble, María Fernanda Sánchez.

Ayer la fiesta se inició al mediodía y a las dos y media estaban metiendo en la ermita las imágenes de los mártires San Fabián y San Sebastián. "Ellos también están helados", comentó uno de los presentes al verlos pasar, y es que hacía tanto frío en el paseo que hasta el ganador de la rifa no se quedó hasta el final.