El área de salud de Cáceres ha sido la más castigada por la pandemia del coronavirus, con más de la mitad de los fallecidos registrados en toda la región (hasta ayer 269). En pocos días se colapsó la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital San Pedro de Alcántara, con doce camas, lo que hizo necesario trasladar a más pacientes a la UCI del Universitario; a pesar de que en un principio los planes solo contemplaban la utilización de la unidad del San Pedro de Alcántara para el covid-19. Hubo un momento en que se ocuparon los 27 puestos de UCI entre los dos hospitales (el Universitario tiene 15), más algunas camas de una Unidad de Corta Estancia (UCE) ubicada también en el Universitario.

Esta Unidad de Corta Estancia, que tiene espacio para diez pacientes, se estrenó con el coronavirus pero se adaptó para que funcionara como una UCI, atendida por intensivistas y anestesistas. En cambio, al principio presentaba algunos problemas porque estaba incompleta. Uno de ellos era que las camas carecían aún de cabeceros, necesarios para la canalización de gases, entre los que se encuentra el oxígeno. Cuando se abrió la unidad tuvo que improvisarse, hasta que se procedió a la adquisición de los cabeceros para conseguir que el espacio fuera lo más seguro posible. Llegaron a finales de abril aunque hasta hace unos días no se hizo público el proceso de licitación al haber estado suspendidos los plazos administrativos debido al Estado de Alarma.

Han sido adquiridos a la empresa Air LiquidHealthcare y ha costado al Servicio Extremeño de Salud 93.914 euros. Su instalación «permite realizar conexiones (de oxígeno) sin poner en riesgo el funcionamiento de la UCI», detalla el SES en la memoria justificativa de la licitación. Y explica también la razón por la que no se publicó antes esta compra: «La gerencia del área de salud de Cáceres debe actuar de manera inmediata a causa de acontecimientos catastróficos, de situaciones que supongan grave peligro o de necesidades que afecten a la defensa nacional, como es el caso de la pandemia del covid-19. Para ello, el órgano de contratación, sin obligación de presentar expediente de contratación, podrá ordenar la ejecución de lo necesario para remediar el acontecimiento producido».

Suprimir espacios abiertos

Por otro lado, el SES también ha tenido que preparar algunas dependencias del nuevo hospital para garantizar la seguridad en la cirisis sanitaria. El nuevo complejo hospitalario fue construido de tal forma que facilitara la comunicación entre los sanitarios y los pacientes por lo que se dotó de espacios abiertos. Esta filosofía se ha convertido en el principal enemigo del coronavirus, que exige distancias de seguridad para prevenir los contagios. Por esta razón ha sido necesario proteger a los sanitarios y a los usuarios en las zonas donde más contacto tienen y donde, debido a la forma en la que está construido el hospital, era imposible mantener la distancia de seguridad.

Así, ha sido necesario instalar mamparas de metacrilato en las dos zonas de admisión, una ubicada en la entrada principal del edificio y la otra en Urgencias. También se han colocado en el servicio de Otorrino, un área con muchas particularidades donde también se hacía necesario «garantizar la seguridad de los profesionales que prestan sus servicios», explica el Servicio Extremeño de Salud en su memoria justificativa. Se trata de un contrato menor y su adquisición ha costado 3.190 euros.