Sobre las seis de la mañana Francisco Montaña llega todos los miércoles a montar su puesto de fruta en la Ronda de la Pizarra, dice que ahora hay mucha más organización y que no hay problemas para colocar la mercancía "antes había gente que llegaba a las tres de la madrugada, pero ya hasta las seis la policía local no te deja entrar", por lo que dice que las molestias a los vecinos ahora son "menores".

Montaña considera que la ubicación actual del mercado es la "idónea", y que la organización y los accesos son los adecuados, por lo que no entiende que se esté planteando un cambio de emplazamiento "el sentido del mercado de Cáceres es que está en la ciudad si lo sacan a las afueras ya no sería lo mismo y perdería su sentido".

"Si lo llevan más lejos seguro que perdemos clientes porque irá menos gente y en estos tiempos de crisis el daño sería mayor", señala.

El vendedor comenta que las ventas han bajado de manera considerable, pero aún así todavía les es rentable tener el puesto en el mercado. Montaña está vendiendo dos kilos de tomates a un euro, y dice que lo lógico sería vender el kilo de 75 céntimos para arriba, "al precio que los compra la gente a nosotros nos queda a penas beneficio y al agricultor aún menos", pero aún así, señala el vendedor "la gente sigue diciendo que están caros e intentan regatear".