Uno, tendente a creerse informado de casi todo lo que se cuece en su ciudad, a veces se lleva sorpresas agradables, muy agradables. El pasado martes fui a dar un garbeo por la parte antigua, como tantas otras veces, que para uno es un catovi ejerciente, y me pasé por la Fundación Mercedes Calles (ay, lo que se pierden muchos), donde trabaja mi viejo amigo Carlos.

Le pregunté por la cafetería de la plaza de San Jorge, que va a darle más vida a la zona, culminándose algo indispensable hace años. "En primavera se abre", calculó. Pero Carlos me recomendó que visitara otra muy particular metros abajo, en el Rincón de la Monja, bajando por la Cuesta del Marqués a la derecha. Esto es, el corazón escondido de la ciudad vieja.

'Los Siete Jardines' abrió en octubre, tras ¡8 años! entre obras y trabas burocráticas, y su 'ideólogo' y promotor ha sido Leandro Lorrio, director del Conservatorio. Indescriptible: además de poder tomar algo en medio de una tranquilidad absoluta en el mejor marco posible, allí se puede hacer de todo: exposiciones, charlas, conciertos, cine, teatro infantil y hasta librería... Verídico. Notición de primera magnitud que haya un espacio así, en el que la 'guinda' la pone un jardín. El también socio Julio Hernández se afana por contar las excelencias. No hace falta. Ahí me ven, con un 'relaxing' café con La Montaña al fondo. "Se aceptan sugerencias", dicen. Descubrimiento postinero.