Es prohibir lo que ya está prohibido. Pero para que «no haya ninguna duda», expresó este viernes el portavoz del ejecutivo municipal, Andrés Licerán, la junta local de gobierno del ayuntamiento ha tomado el acuerdo de no permitir la celebración del botellón en ninguna de las vías públicas de la ciudad. La ley de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en la infancia y en la adolescencia ya prohíbe desde su entrada en vigor en 2018 el consumo de alcohol en vías y zonas públicas, salvo en los veladores, terrazas y en los espacios dedicados al ocio expresamente habilitados para ello. El único espacio habilitado para el botellón es el recinto ferial. Por tanto el acuerdo de este viernes de la junta local de gobierno solo afecta al mismo.

Lo que se busca con el acuerdo es «resolver cualquier duda y dejar claro que no está permitido beber en la vía pública en toda la ciudad», reiteró Licerán, que explicó que han tomado esta decisión porque «todos hemos visto imágenes de esta ciudad y de otras en las que jóvenes beben alcohol en la vía pública y no cumplen las recomendaciones que hacen las autoridades sanitarias».

Con el acuerdo de este viernes se lanza «un mensaje a los jóvenes porque creemos que es el colectivo en el que más riesgo está habiendo ahora mismo en la expansión de los contagios del coronavirus y no queremos que haya ninguna duda», detalló el portavoz, que recordó que en un principio se reforzó la vigilancia policial en los lugares donde normalmente se hacen botellones -el único habilitado y permitido era hasta este viernes el ferial- y que ahora se da un paso más con su prohibición en toda la ciudad.

La ley de prevención de bebidas alcohólicas en la infancia y la adolescencia tipifica como una infracción leve el consumo de bebidas alcohólicas en los lugares en los que está prohibido. Este tipo de faltas se pueden sancionar con apercibimiento o con multas de 60 euros que pueden llegar hasta los 600.

La decisión adoptada este viernes por la junta local de gobierno de Cáceres va en la línea de la tomada por otros ayuntamientos. Según informó la agencia Efe, se extiende la prohibición de los botellones y las policías municipales y autonómicas refuerzan los controles en las zonas de ocio, pasando de la labor informativa a la sancionadora porque la realidad es que la mitad de los brotes detectados están relacionados con entornos familiares y que la edad media de los contagiados se ha reducido de forma notable, lo que ha puesto el foco en los festejos.

También preocupan las celebraciones deportivas, motivo por el que Licerán pidió prudencia si finalmente el Cacereño consigue el ascenso a Segunda B.

ZONA AZUL. La junta local también acordó este viernes suspender la zona azul por las tardes en julio y agosto. Ya quedó fuera de servicio en el estado de alarma. La zona azul solo permanecerá en horario de mañana, de 10.00 a 14.00 horas. Según ha explicado el portavoz, Andrés Licerán, la empresa que tiene la concesión del servicio no ha pedido compensación y ha recordado que el canon anual no llega «a 25.000 euros» por lo que el impacto en el ayuntamiento «va a ser muy pequeño». El contrato se tiene con una empresa del grupo Conyser y está en prórroga y pendiente de que salga un nuevo concurso.