Me gustaría hacer mención a Banksy, el gran artista británico del graffiti, todos hemos visto sus obras o hemos oído o leído algo acerca él pero su identidad es desconocida, es un misterio, nadie sabe quién es, no podemos asociarle una cara.

El pasado mes de octubre en el Central Park de Nueva York se montó un puesto donde un anciano vendía sus obras por 60 dólares, las piezas pasaron horas desapercibidas por los viandantes a la intemperie con el frío neoyorquino. Obras de arte valoradas en miles y miles de dólares vendiéndose por algo menos de 60 euros.

Si previamente se hubiera sabido que las obras realizadas por el afamado autor, estarían allí, gente de todo el mundo volaría hasta Manhattan para hacerse con esta ganga. La diferencia estriba en saber.

Seguramente quién descubrió la luz, la teoría de la relatividad, el que vislumbró grandes proyectos; no buscaría en la suerte, si no en sí mismo, pues estas ideas se encuentran en algún lugar de la mente.

Sin dudarlo ni una décima de segundo yo cambiaría todo lo que sé por un cuarto o mucho menos de lo que no sé. También el hecho de tener lo que no nos corresponde nos conduce al caos, pues poseer, por ejemplo, una gran suma de dinero implica tener una grandísima responsabilidad (un precio añadido); por eso es muy importante saber qué queremos en nuestras vidas. Desear y obtener algo que no nos corresponde, o no nos es para nosotros puede llevarnos a contextos indeseables.

Para mi el azar no es más que un cúmulo de energías generadas por una acción que lanzamos en algún momento anterior, y que, por alguna causa que escapa a nuestra comprensión, éstas han vuelto a nosotros. Todos hemos oído hablar del Karma que viene a decir algo así como "así siembras, así recoges".

También se puede dar el caso que confundamos la buena con la mala suerte, tal vez, el pinchazo de la rueda de un coche puede suponernos un trauma y exclamamos "¡Qué mala pata" pero tal vez ese pinchazo nos esté librando de un mal mayor, como un accidente, o algún hecho mucho más trágico.

Ahora que nos rondan estos espíritus mágicos, que vienen con el frío del Polo Norte, que procuran satisfacer nuestros deseos, pidamos lo mejor para nuestros seres querido (y también los no queridos), así entre todos generaremos buenas casualidades.