Esta semana, recibimos en el Ayuntamiento invitaciones para asistir a la inauguración de dos nuevas empresas: una tienda de una reconocida firma de moda, que hace poco abría sus puertas en París, y un restaurante italiano, ambas ubicadas en calles muy céntrica. Son dos empresas privadas que deciden abrir sus puertas en Cáceres porque tienen la previsión de que sus negocios van a prosperar en esta ciudad y existe mercado para ello.

Son hechos objetivos que nos está demostrando que los tiempos de recesión llegan a su fin, aunque las secuelas de la crisis, más dependiente de datos macroeconómicos globales, sigan latentes.

Parafraseando a nuestro presidente regional, Guillermo Fernández Vara, la maltrecha economía ha salido de la UCI, aunque como todo paciente que ha sido atendido en esta unidad, una vez trasladado a planta en un hospital, aún requiere cuidados médicos y atención de enfermería para que se recupere.

La situación de la economía ya no está en las peores condiciones, pero aún necesita cuidados para mejorar del todo. Esto ocurrirá si todos los agentes sociales y económicos arriman el hombro. Desde las instituciones se están realizando todos los esfuerzos posibles a favor del empleo y para mantener la capacidad de los negocios de muchas empresas relacionadas con la construcción mediante las Inversiones del Plan E. Un nuevo Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local el próximo año continuará esta tónica en aspectos más innovadores, sociales y medioambientales.

Esta crisis, que no tiene precedente en el mundo, se inició en los Estados Unidos por el sector financiero en ese país y las hipotecas subprime, es decir, por el modelo capitalista y especulativo. Pero su carácter global le ha dado tal proyección que también tiene mucho de psicológico. Esto ha producido una enorme caída del consumo interno y un mayor incremento del ahorro. El dinero, por lo tanto, existe, pero no se destina al consumo y a la inversión. Se ahorra porque las familias tienen miedo de gastar "por lo que pueda venir".

Es necesario que empecemos a transmitir un mensaje de optimismo porque la crisis ya ha tocado fondo y según todos los analistas de organismos internacionales se vislumbran signos de recuperación. Es necesario creer en nuestras propias capacidades y recuperar confianza para incentivar el consumo y dinamizar la economía productiva. Para ello, es imprescindible que las administraciones sigan poniendo la carne en el asador, pero que el sector privado también colabore invirtiendo, y que la sociedad civil consuma.

En Cáceres se contabilizan más de 8.000 parados por los que habrá que seguir esforzándose para encontrar empleo. Todo un drama cuando le ponemos rostro a cada uno de ellos, pero hay que advertir que esta cifra en una población que ronda los 100.000 habitantes no es de las peores respecto a datos de paro de otras poblaciones extremeñas.

Insisto. ¡La recuperación de la crisis empieza ya a ser cosa de todos!