La Audiencia Provincial suspendió ayer un juicio porque al acusado sufrió un infarto antes de que comenzara la vista. Tiene 73 años y está imputado por un delito de agresiones sexuales a su nieta menor de edad en una localidad de la provincia de Cáceres. El ministerio público pide 10 años de cárcel y la defensa reclama su absolución al entender que no está probado que hubiera «ni violencia ni intimidación».

El acusado, que se encuentra en prisión desde octubre de 2016, llegó a los juzgados acompañado por dos agentes de la Policía Nacional y accedió a la sala de jurado donde tenía previsto celebrarse la vista a puerta cerrada. Minutos más tarde, los policías le acompañaron a la sala de forense, que le diagnosticó un principio de infarto. Fue trasladado al hospital San Pedro de Alcántara, donde permanecerá hasta la próxima semana. Fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos y los sanitarios le practicaron un cateterismo de urgencia. La vista se ha aplazado hasta el 4 de junio a las 10.30 horas y tendrá lugar también en la sala de jurado.

Los presuntos abusos sexuales ocurrieron en una localidad del norte de Cáceres y se prolongaron durante varios años cuando la víctima, menor de edad, viajaba a Extremadura para pasar las vacaciones. El resto del año la joven residía en un centro tutelado en el País Vasco. Ahora tiene 14 años y sigue bajo la tutela de la diputación foral de Gipúzcoa, que fue la que denunció los hechos.