El propietario de La Parrilla de Galarza, asador situado en la terraza del párking, ha adoptado las medidas requeridas por el ayuntamiento cacereño para acabar con las molestias que han denunciado los vecinos de los bloques próximos a esta azotea. En concreto, el local ha sido aislado visualmente mediante un seto de dos metros de altura y se han introducido reformas tendentes a acabar con los malos olores provocados por la parrilla del restaurante, tanto en la extracción del aire como en la evacuación de los humos.

El negocio se abrió el pasado verano con una concesión de explotación para los próximos 25 años concertada con la empresa Cáceres de Párking, que gestiona este aparcamiento. Las vistas a la parte antigua, la carta y la adecuación del local atrajeron desde el principio a numeroso público. De hecho, el titular, Adolfo Maestre, asegura que "funciona estupendamente" y supone una alternativa para el turismo: "Hacia las tres de la tarde vienen muchos grupos de visitantes a comer", afirma. Pero las quejas llegaron a principios de este verano: doscientas familias residentes en los bloques de las calles San José, San Felipe y Maestro Angel Rodríguez entregaron firmas al ayuntamiento para protestar por los malos olores, el humo, el ruido y la falta de intimidad en sus casas que, según denunciaron, generaba la proximidad de este restaurante.

ARREGLOS COMPROMETIDOS El hostelero mantuvo a principios de julio una reunión con los concejales de Mantenimiento y Seguridad Ciudadana, Joaquín Rumbo y Santos Parra, y se comprometió a zanjar estos problemas. Siguiendo las indicaciones del ayuntamiento, hace días finalizó las reformas con la colocación de un seto artificial a lo largo de toda la cornisa exterior, para garantizar la intimidad de los pisos cercanos con los que coincide en altura. Pero además, el empresario ha instalado filtros de extracción de aire en el restaurante y ha elevado la altitud de la chimenea de salida de humos, a fin de evitar la propagación de los olores por el exterior, una de las principales denuncias del vecindario.

NO HAY MAS QUEJAS "Nadie se ha vuelto a quejar, aunque en realidad nadie vino nunca a exponernos directamente sus denuncias, y tampoco hemos entendido algunos argumentos, pero ya se han solventado. Siempre estamos dispuestos a colaborar y a trabajar, porque vivimos una docena de familias del negocio", declara Adolfo Maestre.