"Ni son habituales ni son los meses más frecuentes de tormentas, pero no son anormales". Quién así habla es Adolfo Marroquín, director del Centro Meteorológico de Extremadura, al referirse a la reciente tromba de agua que ha azotado la provincia. Marroquín explica que este fenómeno se desencadenó después de que un sistema frontal, con un cambio de masa de aire, cruzara Cáceres. La inestabilidad y la elevada temperatura del suelo provocó la lluvia en el momento en que las nubes aportaron la humedad necesaria.

Pero la situación no durará toda la semana, puesto que la previsión es que a partir del viernes el cielo se aclare.

El centro estima que los valores que se están produciendo "no están muy lejos de los habituales" puesto que tomando como referencia los últimos 30 años, la media del mes de agosto ha sido de 32 grados, y este año se sitúa en 32,4. Sí se reconoce que lo normal es que en esta época se recojan al mes en torno a los 30-35 litros por metro cuadrado y que el lunes, en sólo 24 horas, se registraron cantidades por encima de los 10 litros.

Marroquín indica que en ocasiones las tormentas de verano van acompañadas de vientos fuertes y que el lunes "aparecieron localmente rachas importantes", como ocurrió en Aceituna, donde llegaron a los 88 kilómetros por hora.