La afición taurina hizo ayer alarde de fuerza en la plaza de toros. Alrededor de 800 personas, según cifras de la organización, ocuparon su asiento para la reapertura de la Era de los Mártires un año y medio después y el tentadero que había organizado la escuela taurina -estaba previsto para el sábado pero tuvo que aplazarlo a ayer por la lluvia- transcurrió sin incidentes a sin presencia de los animalistas -este diario intentó ponerse en contacto con el portavoz del colectivo sin éxito-. Cabe recordar que la policía tenía previsto desplegar un dispositivo especial para evitar posibles incidentes entre aficionados y antitaurinos, que un día antes habían registrado un escrito contra la actividad de la escuela taurina, pero la tranquilidad reinó durante toda la tarde.

Y con esa calma, los veinte alumnos salieron al ruedo entre aplausos. Los jóvenes con más edad pudieron dar unos pases de muleta a las becerras que en alguna embestida más violenta de lo normal rozaban el suelo. Los menores estuvieron comandados en el ruedo por Manuel Bejarano. La mayoría de los alumnos que reinauguraban sin saberlo el coso cacereño como Jorge Hurtado, que tiene 9 años, lo tiene claro. «Quiero ser torero», alega el niño con familia de ganaderos.

Si los jóvenes estaban entregados a su público, el público cometió el mismo pecado hacia los chicos. Entre palmas aplaudían los giros de capote y la asistencia. «Viene a poner de manifiesto que hay afición en Cáceres», apuntaba ayer uno de los asistentes, que reivindicó los toros como «manifestación cultural y artística» y declaró que «es agradable que hay una cantera de jóvenes interesados». Con respecto a los detractores, sostuvo que «siempre habrá, pero tenemos que dar argumentos para defender la fiesta con libertad y respeto».