Es la obra más complicada de esta legislatura, pero por fin entra en su recta final mediante una partida de 480.000 euros que acaba de conceder la Consejería de Fomento de la Junta. El paso subterráneo de Aldea Moret --bajo el ferrocarril-- y la creación de un nuevo vial de cuatro carriles que enlaza la avenida de la Constitución --eje del barrio--con el poblado minero forman esta obra considerada urgente desde su inicio. Las actuaciones podrían concluir en verano porque el grueso de los trabajos está finalizado y sólo resta la terminación de los viales y su urbanización, según el edil de Infraestructuras, Miguel López.

El proyecto tiene máxima prioridad por varias razones: dará acceso a la nueva urbanización de 2.000 viviendas del poblado minero y al edificio Embarcadero, que lleva dos años finalizado sin poder abrirse. Pero además, permite suprimir el último paso a nivel del casco urbano, constituye una nueva entrada a la ciudad desde la carretera Ex-100 (Cáceres-Badajoz), vertebra las barriadas que forman Aldea Moret y regenera esta zona.

Todo ello mediante una obra de 2,8 millones de euros fruto de un acuerdo entre el administrador ferroviario Adif, redactor del proyecto, el ayuntamiento, que contrata y dirige la ejecución, y la Junta, que aporta el dinero necesario. Se trata de un vial de casi 500 metros con dos carriles por sentido, amplios acerados que servirán como zona de paseo, y una rotonda justo antes del paso inferior que distribuirá el tráfico hacia el barrio de la Esperanza, el poblado minero y la avenida de la Constitución.

La obra, ya compleja de por sí, ha tenido que superar varios escollos. Inició sus trámites en 2006, salió a concurso en abril del 2008, se adjudicó a Gévora-Extraco ese verano, comenzó en enero de 2009 y se paralizó poco después por un error de bulto en el proyecto. El desvío previsto en la vía del tren para construir el paso inferior (no podía cortarse más de 24 horas) se metía en el edificio Embarcadero. Había que replantear el proyecto.

Finalmente se optó por una solución difícil pero efectiva: construir todo el paso inferior fuera y encajar la estructura bajo la vía en menos de 24 horas. El proyecto se encarecía en 800.000 euros porque era necesario crear un sistema hidráulico específico y cambios en las voladuras. La Junta asumió el coste y la obra se retomó en verano del 2009.

Todo ello ha ido demorando la ejecución, que ya entra en su recta final debido a la última inyección económica. "Los dos trabajos más complicados, por un lado el importante movimiento de tierras que requería el proyecto, y por otro la creación e introducción del paso subterráneo, ya están listos. Queda lo más fácil", explica el concejal.