NACIO EN CACERES, 1939. ES VECINO DE LLOPIS IVORRA.

ESTADO CIVIL CASADO, SEIS HIJOS

PROFESION COMERCIANTE. PROPIETARIO DEL AUTOSERVICIO DE LA CALLE RODRIGUEZ MOÑINO, AL QUE HA DEDICADO 35 AÑOS DE SU VIDA

Valentín Acedo es uno de los escasos supervivientes del aterrizaje de los hipermercados. Treinta y cinco años ha permanecido en la calle Rodríguez Moñino regentando, con la ayuda de su mujer, su autoservicio, en el que empezó solo como dependiente. Se inició en el comercio a los 13 años como aprendiz de dependiente en el desaparecido ultramarinos Hijos de Petra Campón de la plaza de San Juan. A finales de este mes cierra las puertas de su tienda y dice adiós a una clientela de toda la vida. Se jubila.

--¿Le da pena jubilarse?

--Pena, pena, un poco. Por una parte sí, porque te das cuenta de que te haces mayor. Por otra no, porque llevo muchos años trabajando y tengo ganas de descansar. Han sido 55 años de vida laboral.

--¿Cómo han sido estos 35 años en el mismo barrio?

--Regular. Las grandes superficies se notan bastante, aunque yo he mantenido la clientela de toda la vida y mucha gente de paso. Ha sido una etapa bastante larga. En parte me siento orgulloso de haber llegado a la jubilación en el comercio, otros se han quedado en el camino.

--¿Qué cree que echará más de menos?

--Venir todos los días a trabajar a la tienda, aunque creo que con el tiempo me haré a la idea.

--¿A qué se dedicará ahora?

--A disfrutar de todo lo que pueda. No he tenido nunca tiempo libre para hacer nada y quiero visitar muchos sitios.

--¿Y dónde llenará la cesta de la compra a partir de ahora?

--Depende de lo que necesite, donde esté más cerca imagino. Las grandes superficies no las conozco, a Eroski ni siquiera he ido nunca. Ahora que tengo tiempo, iré a verlas.