Cada mañana, a cualquier hora, parte de la iglesia de Santiago está llena de coches aparcados que impiden apreciar la fachada y sus contrafuertes, y además complican el paso hacia Caleros. A pocos metros, los perros campan por el jardín que linda con el templo, salpicado de excrementos. "El paisaje se completa con agujeros en el pavimento, aceras deterioradas, árboles sin podar y suciedad", denuncia la asociación de vecinos de la Ciudad Monumental, que solicita al ayuntamiento mayor atención a la zona y control sobre quienes incumplen las normas. "Cada día hay más casas rehabilitadas en este entorno y más peregrinos que hacen parada obligada en Santiago en su camino hacia Galicia. Es una lástima la imagen que se llevan", lamenta el presidente, Luis García.

Los residentes piden freno "a este desastre y abandono que viene ya de lejos". Uno de los principales problemas radica en "la organización viaria, que se dejó a su suerte hace tiempo". En realidad la zona está formada por estrechas calles "que soportan mucho tráfico diario", por ejemplo Sande, "con un flujo continuo a gran velocidad", o Camberos, Caleros y la pequeña callejuela de Virgen de la Montaña, "por donde los vehículos pasan muy justos y el deterioro es diario". El aparcamiento se ha convertido en uno de los principales escollos: "La gente deja los coches en cualquier rincón, en doble fila". Los vecinos piden al ayuntamiento que reordene la zona antes de la restricción de Caleros, "porque se producirá un embudo mayor", y advierten del "caos" que se formará cuando el conservatorio se traslade al Palacio de Godoy, "con cientos de padres a recoger a sus hijos".

PERROS A SUS ANCHAS El jardín anexo a la iglesia es otro caballo de batalla. "La mitad de las veces está para uso exclusivo de los perros; existen bolsas, pero tampoco se utilizan. Sabemos que hay que culpar a los incívicos, pero quizá si hubiera más mantenimiento y se instalara un pipi-can...", proponen los vecinos. Tampoco los árboles se cuidan: "Hace tiempo que no se podan, las ramas se meten en las viviendas --denuncian-- y las aceras están destrozadas".

La situación del pavimento también genera malestar, "en primer lugar porque el empedrado se colocó de canto y resulta complicado hasta caminar, pero además está lleno de agujeros y baches intransitables. Ni los niños pueden jugar, es impresentable", critica el presidente. Tampoco los acerados se conservan en buen estado, "existen zonas levantadas", afirman.

BASURA A LA VISTA Otra queja estriba en los contenedores de residuos urbanos. "Algunos se soterraron junto a un lateral del templo, pero han dejado varios agrupados frente al palacio de Godoy, llenos de graffitis , a la vista, con un soterramiento anterior ahora cubierto por planchas. Da muy mala imagen", señalan.

Sin embargo, la zona se va dinamizando con diversas restauraciones de viviendas particulares. "Es una lástima que el cuidado del entorno no acompañe esta revitalización", lamenta la asociación vecinal. La afluencia de peregrinos que cubren la Ruta de la Plata también aumenta, "pero la mitad de las veces se topan nada más llegar con los coches aparcados justo bajo la iglesia, eso si no se han torcido antes un tobillo con el empedrado", ironiza Luis García, recordando que "Santiago y su entorno no son patrimonio del casco antiguo, sino de todos los cacereños".