Con el lema ‘La sanidad no se discute, se defiende’ el movimiento vecinal repartió ayer octavillas para reclamar la segunda fase del hospital. Es la tercera vez en su historia que la agrupación sale a la calle para reivindicar una instalación en la ciudad. Poco amigo el cacereño de hacer ruido, tan solo la petición del centro de instrucción de tropa y de más líneas de autobús lo han sacado de su espíritu anodino. Ahora vuelve a levantarse del sillón y promete acciones contundentes ante lo que considera un «agravio comparativo» frente a otras ciudades de la región.

El plan de reivindicaciones comenzó con la instalación de una mesa en la calle San Pedro, ante la sede de Liberbank, donde colocaron una pancarta y repartieron, entre las 10.00 y las 12.30 horas, 2.000 panfletos. Mañana miércoles, en la misma franja horaria, entregarán 3.000 en el mercado franco.

La novedad es que las octavillas incluyen un código bidi donde se puede descargar un informe con las incidencias recopiladas por médicos, enfermeras, auxiliares, quienes de forma anónima relatan la situación del nuevo hospital. En el escrito se resumen diez cuestiones concretas de ese estudio y son las siguientes: «no existe presupuesto para la segunda fase, nos desmantelan servicios sanitarios que se los llevan a Badajoz, personal por debajo de los mínimos legales, recortes aberrantes en materiales sanitarios, externalización de servicios y empeoramiento de los mismos, pérdidas de trasplantes de órganos al no existir una UCI en el Hospital Universitario, el Materno Infantil lo reubican incumpliendo la normativa en Sanidad y seguridad del ministerio, servicios de ambulancias indignantes, transporte público muy deficiente, listas de espera y muchos más».

El presidente de la Agrupación Vecinal, José Alberto Iglesias, fue ayer taxativo al asegurar que «la sanidad cacereña está muy mal. El hospital nuevo no está terminado y parte de servicios se los están llevando a Badajoz, como el de cardiovascular. Hay listas de espera de hasta de dos años en algunos servicios.

A juicio de Iglesias, «no podemos consentir esto los cacereños». Lo aseveró al justificar la campaña y explicar los pasos que seguirán: «Lo primero que estamos haciendo es informar, y no descartamos salir a la calle y recoger firmas». El líder vecinal aseguró que el asunto del hospital «es genérico, afecta a todos los cacereños» y en ello basó la necesidad de la protesta.

«Los ciudadanos nos trasladan un profundo malestar. Nos dicen que los servicios están bajo mínimos, que hay listas de espera hasta de dos años. La impaciencia de los cacereños sobrepasa los límites». Iglesias mostró su indignación «cuando en Cáceres se leen los medios de comunicación y vemos que en la provincia de Badajoz el hospital Don Benito-Villanueva va por delante. Nos está molestando, porque tendríamos que ser todos iguales; los dos hospitales con los mismos presupuestos, con los mismos enfermeros, con los mismos médicos».

Iglesias apuntó que mantuvieron una reunión con el consejero de Sanidad, José María Vergeles. «El consejero nos trasladó que hay lo que hay. Sí hay que decir que nos habían dicho que había un dinero para este año y que ese dinero no está, incluso Vara ha ido a Bruselas para la segunda fase. Estuvimos metidos en una plataforma, pero se vino abajo porque ellos querían tirar por un lado y nosotros queríamos darle una oportunidad a Vergeles».

Iglesias concluyó que han mantenido conversaciones con todos los líderes políticos, incluido Santiago Abascal de Vox, a falta de concretar la cita con Ciudadanos, pero que con el PSOE no la han podido fijar. «No habrán podido o estarán ocupados», zanjó.