Vetusta Morla hizo vibrar anoche a los 4.500 espectadores que se dieron cita en el Multiusos en el segundo gran concierto de los actos por el XXV aniversario de la declaración de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad. Con una puesta en escena sobria y en un pabellón idóneo para eventos de invierno, la banda madrileña de pop independiente demostró en su primera visita a la capital cacereña por qué se ha ganado un sitio entre iolos grandes del país.

Puntuales a su cita y tras la buena imagen que ofrecieron los cacereños Burgim como aperitivo, el grupo de Tres Cantos comenzó a sonar pasadas las 23.30 horas ante un público que cubría casi por completo el parqué del recinto deportivo de la avenida de la Hispanidad. Lo hicieron al ritmo de Los días raros y Boca en tierra , dos de los principales temas de Mapas , segundo disco de la formación que salió al mercado la primavera pasada tras la gran acogida que tuvo Un día en el mundo (2008), disco que les lanzó a la fama tras años de trabajo sin recompensa. "Primera vez en Cáceres y en la provincia. Un gustazo", dijo Pucho, el vocalista, para dar la bienvenida.

La fórmula de Vetusta Morla, inconfundible en el sonido y las letras, ha valido para que Pucho, David, Alvaro, Jorge, Guillermo y Juan Manuel prosigan con un trabajo creativo que anoche brilló e hizo disfrutar a un público entregado con la docena de temas que ofrece el nuevo disco. Canciones como Lo que te hace grande o Maldita dulzura figuran entre los mejores ejemplos de una trayectoria que crece al abrigo de Pequeño Salto Mortal, sello discográfico que creó la banda cuando pocos les conocían.

Fue una noche para guardar en la historia sentimental de los mejores conciertos que ha acogido la capital cacereña por la entrega y el oficio que derrocharon en un escenario hasta ayer desconocido para ellos y que, como ocurrió con Maldita Nerea, confirma que Cáceres demanda conciertos de primera fila.

Si al cierre de esta edición Vetusta Morla enfilaba la medianoche con Copenhague , canción estrella del disco anterior que coreó el público, aún le quedaba camino por delante para hacer grande su música en uno de los lujos del XXV aniversario.