La vida y la historia de Guadalupe va más allá de la religión. El monasterio se ha convertido en el centro de la devoción popular de la región pero también es hoy un símbolo de toda Extremadura. Esa idea es la que trata de plasmar la exposición Guadalupe, la llamada de la luz que se inauguró ayer en la sala de muestras de la Caja de Extremadura, en el pasaje Norba de la avenida Virgen de la Montaña de la ciudad.

La exposición, que forma parte de la programación del Año Jubilar 2007, recorre la historia del monasterio y el pueblo que lo acoge en 88 imágenes, seleccionadas entre unas 12.000 y que están dispuestas en paneles explicativos con textos, entre otros, de Antonio Ponz, Carmen Salvador, Arturo Alvarez, Pascual Madoz o Matilde Muro, que es también comisaria de la muestra.

Las fotos están agrupadas en ocho capítulos (acontecimientos, oficios, historia, visitas...). "Guadalupe es un componente de nuestros signos de identidad como extremeños", aseguró Teresiano Rodríguez, coordinador del Año Jubilar, quien anunció una gran exposición en Madrid a finales de enero con objetos del monasterio, que acogerá el Palacio Real y los monasterios de las Descalzas y la Encarnación.

La alcaldesa de la ciudad, Carmen Heras, que destacó el papel del monasterio en la historia de Extremadura, agradeció la presencia de actividades como esta puesto que ayudan a ampliar la oferta cultural cacereña y, especialmente, al proyecto para convertir Cáceres en ciudad europea de la cultura.

Las imágenes

La exposición, que permanecerá abierta en la ciudad hasta el próximo 10 de noviembre, llega a Cáceres tras su inauguración el 27 de julio en la Asamblea de Extremadura. Desde entonces ha recorrido diversas localidades extremeñas: Coria, Plasencia, Jaraíz de la Vera, Villafranca de los Barros, Zafra, Jerez de los Caballeros o Malpartida de Cáceres.

Un recorrido por la muestra ofrece imágenes conocidas como las sucesivas visitas de la Familia Real o la del Papa Juan Pablo II en 1992 o de la Virgen, algunas procesiones y peregrinos; a otras menos difundidas como una del pintor Sorolla trabajando en Guadalupe, la despedida de un congreso de la Sección Femenina en 1944 o la entrega de una talla de la Virgen a Don Juan de Borbón en Estoril en 1957.

La imagen que aún faltaría sería la del traspaso de Guadalupe a la diócesis de Coria-Cáceres. A esto contestó el obispo cacereño, Francisco Cerro, que asistió a la inauguración: "Se hará cuando la Iglesia lo crea oportuno, pero no hay deseo de que no se haga".