Beatriz Uribarri lleva viviendo 26 años en la parte antigua. Tiene dos coches: uno lo deja en una cochera fuera del recinto intramuros y otro suele aparcarlo en la plaza de las Veletas. El pasado jueves fue multada con 200 euros por estacionar en la ciudad monumental, a pesar de que el ayuntamiento había anunciado esta semana que solo sancionaría a los no residentes. En la sanción se especifica que no obedeció una señal de prohibido estacionar en la ciudad monumental.

Esta vecina llevaba más de un año haciendo lo mismo, sin que le hubiera llegado ninguna multa. "Que me digan dónde puedo aparcar. Es lo único que pido", solicitaba ayer la afectada, enfadada por una situación que se repite. Hace dos años hizo la misma petición, sin recibir respuesta tras haber sido multada hasta en tres ocasiones por estacionar en el mismo sitio. El próximo lunes volverá a pedirlo.

Pero la situación es aún más rocambolesca. Ante la prohibición de estacionamientos para los no residentes, su marido acudió esta semana a la jefatura a comprobar si los datos del coche coincidían con los de la tarjeta de acceso a la parte vieja. Todo correcto hasta que llegó la multa. "Llamé a la policía y me dijeron que estaba bien, que la matrícula registrada coincidía", afirma.

A la ausencia de zonas delimitadas para aparcar de residentes se une la falta de un distintivo que identifique si el vehículo es de uno de ellos. "No comprendo cómo la policía puede ir a estas alturas aún con una lista", explica Uribarri, que también se queja de que los horarios de carga y descarga no se respetan. Ha vuelto a dejar el coche en el mismo sitio, pero con un cartel de residente. Quién sabe si recibirá otra nueva multa.