Hace solo tres años, los cacereños soñaban con estar a 90 minutos de Madrid o Lisboa en el flamante AVE que en 2014 haría entrada en la ciudad. Pero ni siquiera entonces se conocía aún la ubicación de la nueva estación, para la que se han barajado distintos emplazamientos que han provocado algunas controversias. En realidad este debate comenzó en el año 2003 con la creación de un grupo de trabajo sobre la integración del AVE en la ciudad.

Por entonces, el gobierno local liderado por el alcalde José María Saponi pidió al Ministerio de Fomento la construcción de la nueva estación junto a la Autovía de la Plata (A-66) y la carretera de Malpartida, lo que permitiría un trazado recto desde las Capellanías hasta el Cerro de los Romanos. Por tanto, el ferrocarril quedaba fuera de la ciudad y se suprimía la barrera de la vía en pleno crecimiento urbano por el oeste y por el sur.

Además, el ayuntamiento contemplaba que el traslado dejaría libres 144 hectáreas para integrar Aldea Moret en el casco urbano, con la posibilidad de construir más de 3.000 viviendas. El proyecto se presentó a los colectivos ciudadanos y fue tomando forma con la proyección de un gran bulevar desde Renfe hasta Aldea Moret y La Cañada, incluso estaba contemplado en 2005 en el boceto del nuevo plan de urbanismo. El Cerro de los Pinos quedaba como una gran zona verde, y un tranvía uniría las estaciones nueva y vieja, convertida en espacio cultural.

Pasaron los años sin concreciones por parte de Fomento, hasta que en 2007 se celebró una reunión en Madrid con el ayuntamiento y la Junta. El ministerio tampoco decidió entonces el enclave de la estación del AVE, sino que ofreció dos alternativas: la primera, apoyada por PP y PSOE, sacar la estación junto a la A-66; la segunda, dejarla en su lugar actual. Esta opción fue apoyada a través de una plataforma ciudadana denominada La estación donde ésta , favorable a un servicio ferroviario cercano para cacereños, universitarios y turistas, eso sí, soterrando las vías.

En 2008 ya estaba definido todo el trazado del AVE por Extremadura... menos las estaciones. La Junta planteó a los ayuntamientos de Mérida, Plasencia y Cáceres que concretaran sus propuestas. El gobierno cacereño, liderado por Carmen Heras, presentó una nueva alternativa detrás de Eroski y Carrefour, junto a la cantera de La Labradora, y por tanto conectada al centro por la prolongación de Virgen de Guadalupe, y a su vez con accesos a la N-521, Aldea Moret y El Junquillo. Las vías no entrarían en exceso en la ciudad y además se planteaba otra estación para mercancías en Capellanías.

Pero en septiembre de 2008, Fomento adjudicó a una consultora el estudio de las propuestas. Después se agudizó la crisis y todo quedó en el aire. Finalmente acaba de conocerse que el nuevo trazado ferroviario sí se estrenará en 2015 aunque no con el AVE, sino con un tren diésel de altas prestaciones. La propuesta de Adif revela además el mantenimiento de la estación de tren.

Sin protección

Este largo debate ha ido encubriendo la falta de vallado de la vía a su paso por la capital, pese a que lo obliga expresamente la Ley de Ordenación de Transportes. El ayuntamiento lo viene solicitando desde que un Talgo descarriló en 2002, ya que en Aldea Moret hay viviendas, parques y recintos educativos a unos metros de la vía. Adif comunicó hace un año que había propuesto dos proyectos al ayuntamiento, sin respaldo. Hoy no hay cerramientos, ni planes, y los trenes siguen pasando cada día.