Se dio de baja en la aseguradora Alianza Española en septiembre del 2009, pero en abril del 2011 volvieron a cobrarle la cuota sin haberse dado de alta de nuevo. Pertenecía a ella de toda la vida, en la que tenía un seguro de decesos, pero decidió cambiarse a otra empresa. El cacereño José Luis Montero lleva dos años de reclamaciones para lograr que la compañía le devuelva cinco recibos de 39 euros cada uno que le cobraron sin pertencer a la misma.

"Me los pasaban domiciliados y no me dí cuenta. Me percaté al quinto recibo, que fue el que devolví, pero aún así me pasaron otro a los tres meses. Lo he denunciado a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) pero me dijeron que la única solución era que reclamara a través de la dirección general de seguros. Tampoco me hacen caso. Di la orden varias veces al banco para que devolvieran esos recibos, pero la entidad bancaria me dijo que la aseguradora cambia el número de emisora y cuela los recibos", explica José Luis Montero.

Una nueva baja

En septiembre del 2012, cuando se dio cuenta de que la compañía seguía cobrándole las cuotas, les solicitó por carta una nueva baja y les reclamó la devolución de las cuotas. La aseguradora le contestó el pasado mes de enero lo siguiente: "El contrato quedará tácitamente prorrogado, salvo que el tomador de seguro desee su resolución y manifieste su decisión al asegurador. Dicha comunicación no se ha recibido". En el documento la entidad añadía que no se le devolvería el dinero. Montero no daba crédito a lo sucedido: "¿Cómo me pueden decir que no tienen constancia de mi baja si entre 2009 --año en que rescindió el contrato-- y 2011 no me han mandado ningún recibo? Me dieron de alta otra vez porque quisieron", explica este cacereño.

El afectado respondió a la carta recibida por La Alianza Española explicándoles precisamente eso, que durante dos años no se le había cobrado nada. La respuesta que recibió, el 7 de marzo del 2013, fue la misma que la vez anterior, pero con una novedad: en el sobre le enviaron una póliza con el fin de que la rellenara para darse de alta. Además, le cobraron otra cuota.

Cansado de trámites, José Luis Montero ha tenido que cerrar la cuenta bancaria y abrirse otra diferente para evitar que vuelvan a cargarle más recibos. Eso sí, habiendo perdido todo el dinero de las cuotas cobradas por la compañía. "He mirado en internet y hay hasta plataformas creadas por casos como el mío. Incluso hay gente que tiene un seguro, fallece, los familiares pagan el entierro y luego la aseguradora no les paga nada. Es una vergüenza que la gente se pase toda la vida pagando para poderse costearse su entierro y le estafen y al final tengan que pagar sus familiares", concluye Montero.