Tras cuestionarse hace unas semanas la continuidad del Womad, finalmente se ha desarrollado con un formato nuevo. Al hilo del festival, muchas han sido las personas que se han apuntado a hacer declaraciones en medios de comunicación y muchos de ellos han optado por establecer una comparación entre el tratamiento que el Ayuntamiento de Cáceres da a dos celebraciones bien distintas: el Womad y la Semana Santa. Se han hecho alusiones que, en general, vienen a decir que el consistorio trata mejor a las cofradías que al referido festival, y lo que no acierto a entender es por qué esa manía tan lamentable de mencionar en sus argumentos a la Semana Santa.

Por un lado, quiero aclarar --para los despistados-- que la Semana Santa no la organiza el ayuntamiento, sino las cofradías de Cáceres, que son asociaciones de fieles católicos, con una ayuda económica municipal que constituye un porcentaje bajísimo de los gastos que conlleva la puesta en marcha de las procesiones (no se entienda esto como una reivindicación); y por otro lado, creo que está de más que aquellas personas que quieran expresarse legítimamente en defensa del Womad, quieran de un modo soslayado atribuir a la organización de la Semana Santa una presión, bien social o bien económica, que lleve al ayuntamiento a tratar de forma discriminatoria --si es que esto fuese así, lo cual pongo en duda-- al evento de música, artes y danza. Pretensión, por otra parte, absolutamente huérfana de los más elementales argumentos, pues las cofradías jamás han hecho alusiones de ningún tipo hacia colectivos organizadores de otros eventos con el fin de, hechas las hipotéticas comparaciones, reunir los argumentos suficientes para incrementar las ayudas municipales (pero visto cómo está el patio, a lo mejor es el momento de hacerlo).

Con dichos argumentos se da --o se quiere dar-- la sensación de que desde el gobierno municipal se detraen fondos económicos del Womad para incrementarlos en las procesiones; y ello no es signo sino de una total carencia de criterios sólidos con que defender la continuidad del festival.

Cuando se trata de establecer un respaldo de un evento determinado, y se alude a otras organizaciones o colectivos, en el sentido en que se ha venido haciendo, quizás sea que los argumentos propios se tornan demasiado endebles. Otra explicación no le encuentro.

En los últimos días se han podido leer en los periódicos argumentos un poco peregrinos, ya digo, comparando el Womad con la Semana Santa, y atribuyendo a esta última unos calificativos fuera de lugar. Me vienen a la mente unas líneas que decían que las procesiones eran algo religioso y anacrónico. Como si el manifestar públicamente la fe católica fuese algo reprobable, y además tratando de equivocar a la opinión pública haciendo cábala con términos como "anacrónico", cuando --desde mi punto de vista-- debería haberse usado el vocablo "tradicional" (léase el diccionario de la Real Academia).

Han equivocado el talante aquellas personas que pretenden establecer una inexistente pugna Womad ´versus´ Semana Santa. La Semana Santa la organiza quien la organiza, y lo hace sin referirse a otros eventos como instrumento para conseguir tal o cual cosa. Los que defiendan el Womad, hagan pues lo mismo, porque lo contrario es --en mi opinión-- acudir a la demagogia. Y eso es precisamente lo que sobra.