Un hospital sin que parezca un hospital. Ese es síntesis el concepto del diseño en zigzag del nuevo edificio que firma el arquitecto Andrés Perea. "No hay ningún hospital en el mundo como éste", aseguró en el acto de colocación de la primera piedra de ayer.

"Hemos querido aplicar una arquitectura jovial, que no parezca sanitaria y que parezca que uno no está en un hospital, sino en otro sitio", resaltó Perea. Así, la cafetería es lo primero que se ve al entrar y servicios poco agradables a la vista, como necropsia, se alejan del circuito general.

Habitaciones con vistas

Las vistas se emplean como un mecanismo de salud. Desde la cama, el paciente podrá divisar el paisaje exterior. "Las ventanas --detalla el autor del proyecto-- se han concebido como si en la habitación se tuviera un cinemascope para contemplar el jardín o el cielo". También, por ejemplo, se ha pensado en las vistas para diseñar la sala de espera de la UCI. "El enfermo de esta unidad apenas se entera de nada, pero los familiares lo pasan muy mal". Una pared acristalada, como un gran balcón, llena de luz la estancia.

"Innovador" es uno de los adjetivos más empleados para calificar el diseño. Y son "muchísimas" las innovaciones que incorpora, como su concepción como edificio sostenible por su aislamiento térmico e incluso con energía solar.

Pero su forma en zigzag es a la vista lo más original. Esta no es casual, sino que, explicó Perea, permite una conexión interior rápido y cómodo. Por lo demás, la "austeridad y la sencillez" preside el acabado final. Es un edificio muy horizontal, con 7 niveles pero solo con 4 plantas en superficie. "Hacer un hospital es tan difícil como hacer una fábrica, hay conciliar muchas necesidades. Nosotros hemos querido añadir un plus a la máquina de curar que será este centro".