Han esperado varios días, pero afirman que no puede hacerlo mucho más porque numerosos trabajadores dependen de esas protecciones para desarrollar sus tareas con garantías. Una partida de 100.000 mascarillas con destino a empresas de Cáceres y Badajoz está retenida en Aduanas (Madrid) sin que se dé una explicación oficial. De ellas, 30.000 han sido adquiridas por constructoras cacereñas.

Estas empresas, junto a las de Badajoz, a través de la Confederación Extremeña de la Construcción, mostraron a la Junta la imposibilidad de encontrar EPIs para su personal cuando se reanudó la actividad el 14 de abril. Tan solo recibieron una partida del Gobierno de 1.000 mascarillas quirúrgicas, no aptas para este trabajo. Por ello encargaron 30.000 unidades de FPP2 (un modelo con mucha mayor protección) a la Ferretería Industrial Cacereña, que se unió bajo el paraguas de un gran pedido a China, a través de una importante compañía de suministro a hospitales portugueses.

La Ferretería Industrial Cacereña hizo encargos para más empresas, se cercioró de que las unidades cumplían con todas las garantías, y pagó por adelantado. El pedido voló de China a Frankfurt y de allí llegó en camión hasta Madrid, con revisiones en cada frontera. «Pero lo que no esperábamos es que la propia Aduana nos retuviera la mercancía en España. Ya han liberado los termómetros y las máquinas de ozono, pero nosotros seguimos esperando las mascarillas, y no podemos cumplir en tiempo y forma con nuestros clientes», explican desde la ferretería, muy afectados por la situación, ya que temen que puedan ser destinadas a otros usos.

De hecho, una empresa que trabaja en una planta fotovoltaica de la provincia cacereña ha anulado ya el pedido de 6.000 de estas mascarillas a la ferretería porque no podía esperar más. Desde la Federación de Empresas de la Construcción de Cáceres (Fecons) recordaron ayer que no hay disponibilidad de EPIs en el mercado, y que necesitan ya esas protecciones para trabajar con garantías.